NUEVA YORK, EEUU (Reuters) - Uno de los signos que demuestran que la crudeza del momento económico es el hecho de que plantearse unas vacaciones se haya vuelto estresante, según un estudio reciente.
A pesar de que la mayoría de los empleados dicen que cambian el 'chip' fácilmente al salir del trabajo, tanto salir por la puerta como volver implica un gasto, según el estudio Work Watch llevado a cabo por la empresa de recursos humanos Randstad.
La mayor fuente de estrés es el primer día después de la vuelta, según el 77 por ciento de las 2.065 personas entrevistadas, empleadas tanto a tiempo parcial como completo, pero incluso el día antes de marcharse puede ser traumático, dice el 44 por ciento.
"Creo que algunos de los resultados pueden estar relacionados con el aumento de la cantidad de trabajo debido a los despidos", explicó Rebecca Johnson, vicepresidenta senior de Randstad.
Unas 539.000 personas perdieron sus empleos en abril, según los datos del gobierno de Estados Unidos, lo que asciende la cifra de paro en Estados Unidos a 8,9 por ciento.
Los empleados más jóvenes suelen preocuparse más por las vacaciones. La generación denominada joven, entre 18 y 34 años, ven más difícil prescindir de sus responsabilidades que los trabajadores en otras edades.
"Son (gente) independiente y segura y les resulta difícil dejar de controlar y cambiar", dijo Johnson.
El 35 por ciento de la generación joven dice que es difícil dejar de controlar sus proyectos comparado con el 32 por ciento de la generación de mediana edad, entre 35 y 44, el 28 por ciento de la gente entre 45 y 54 y el 19 por ciento de los mayores de 55.
La generación joven también resultó ser la que apostaba por las reuniones cara a cara para revisar proyectos y responder a los interrogantes y preparar a los jefes y a los compañeros de trabajo para su ausencia durante las vacaciones, según el estudio.
Coger vacaciones se vuelve más fácil con la edad "porque te das cuenta de que todo sigue ahí cuando vuelves", afirmó Johnson.
Los empleados de la generación joven eran más dados a planear sus vacaciones en el trabajo, un 61 por ciento con respecto al 53 por ciento del total. Las mujeres, con un 59 por ciento, eran más dadas que los hombres, que lo hacían en un 49 por ciento.
Un estudio independiente de Marist dedujo que la mitad de todos los estadounidenses, el 49 por ciento, planea irse de vacaciones este año, comparado al 63 por ciento que pretendía hacerlo según el mismo estudio hecho hace dos años.