Trajo la estabilidad presupuestaria y ahora predica el desarrollo económico sostenible
Pocas personas habrá en España que sepan cómo se manejan los caudales públicos tan bien como Elvira Rodríguez. Logró la proeza de que en España no se gastase más dinero del que se tenía, con la misma fórmula con la que lleva las cuentas de su casa: con moderación en el gasto, sólo la austeridad necesaria y pensar muy bien a qué se destina cada euro antes de malgastarlo.
Amante de la buena cocina y del buen gusto para todo, su mejor receta profesional a la hora de echar cuentas es el sentido común, todo muy aderezado con un conocimiento de la caja registradora de este país, tras su paso por la Intervención General, Hacienda, Tesoro Público, Seguridad Social y hasta el Tribunal de Cuentas.
Primero trajo la estabilidad al Presupuesto y, tras su papel como ministra de Medio Ambiente en el último Gobierno de Aznar, está empeñada en demostrarle ahora a todo el mundo que el desarrollo económico sostenible y no contaminante es también posible en España.
Una economista de sobresaliente
Licenciada en Económicas con sobresaliente, esta madrileña cincuentona se mantiene joven y enérgica. Está felizmente casada y tiene cuatro hijos, a los que le gustaría ver más, como a toda madre trabajadora muy ocupada y de altas responsabilidades, pero que siempre han sido lo primero en su vida.
Pero a Elvira le gusta mandar. Sabe que lo hace bien y el Poder Ejecutivo siempre deja ganas de seguir. La presidenta de la Comunidad de Madrid la reclamó el año pasado para que dirigiese la Consejería de Transportes al final de la legislatura autonómica y vuelve a estar en su salsa.
Cuando llegó al nuevo cargo le pasó casi lo mismo que al coger la cartera de Medio Ambiente: le dijeron aquello de que todo está pensado y previsto, pero no va a dar tiempo para terminarlo; y contestó lo mismo: esto se hace, o se hace.
Es dura y trabajadora como la que más y lleva a gala demostrar con hechos que las mujeres pueden estar a la altura de cualquiera en el mundo, sin discriminaciones. Pero también sabe ser la mujer más encantadora del mundo si es necesario. No le gustan las medias tintas ni le tiembla el pulso si tiene que tomar decisiones complicadas.
Liberal "con sostenibilidad"
Y siempre intenta que todo encaje, que se coordine, que una buena estrategia política y económica pueda ser aprovechada en distintas direcciones y beneficiar a la mayor parte de ciudadanos posible. Porque Elvira Rodríguez es primero ciudadana y luego política.
De ideas liberales (ahora liberal con sostenibilidad), detesta la mediocridad y los discursos vacíos, no tiene pelos en la lengua y no se deja llevar por devaneos políticos que no sirvan para poner en marcha algo útil, incluso aunque vengan de su propia formación política. Se afilió al Partido Popular a finales del año 2001, porque le parecía mal llevar la ponencia económica del congreso nacional que se iba a celebrar un mes más tarde sin estar dentro.
Lo suyo no es tanto apego al carné como ganas de hacer que las cosas funcionen lo mejor posible. Sigue ligada al área económica del partido, a varias cátedras de Derecho y Economía, y al Museo Reina Sofía. Y haría muchas cosas más si le diera tiempo y se lo permitiesen sus niñas. Pero lo primero es lo primero... y madre, y Elvira, no hay más que una.
