Empresas y finanzas

La Ley Antitabaco arrastró al sector a una guerra de precios

Laura Garrido

Madrid, 22 dic (EFECOM).- Los efectos de la puesta en marcha de la Ley Antitabaco arrastraron al sector español a una guerra de precios sin precedentes durante este año, cuando las principales marcas decidieron echar un pulso al Gobierno y bajar el importe de los cigarrillos en lugar de repercutir las subidas de impuestos en el precio final.

Cuando el Ministerio de Sanidad puso en marcha la nueva legislación para este sector el pasado mes de enero, su principal objetivo era desincentivar el consumo de tabaco en España con medidas similares a la que han adoptado otros países de la Unión Europea, como Francia y Reino Unido.

La Ley Antitabaco establece restricciones para fumar en edificios públicos y centros de trabajo, y obliga a los locales de más de cien metros cuadrados a establecer una zona habilitada para los fumadores, separada del resto del local.

Esta nueva legislación vino acompañada de medidas impositivas que supusieron un incremento fiscal generalizado para las empresas, encaminadas a situar el precio de las marcas de cigarrillo más baratas por encima de los dos euros.

Pero la respuesta de las grandes tabaqueras no fue la esperada, y a finales del mes de enero Philip Morris anunció una bajada de precios de todas sus marcas que no sólo absorbía el incremento impositivo, sino que situó marcas como Marlboro por debajo del precio de otras tradicionalmente más baratas.

Este órdago de Philip Morris provocó que el resto de tabaqueras también bajaran los precios de las cajetillas de tabaco, a lo que el Gobierno respondió estableciendo un nivel mínimo de imposición de 55 euros por cada mil cigarrillos, con el que consiguió atajar la guerra de precios y normalizar el mercado de cigarrillos español.

El sector asumió el pasado mes de noviembre una última subida de este nuevo "impuesto mínimo" del tabaco hasta los 70 euros por cada mil cigarrillos , lo que provocó una nueva subida de precios de las marcas más baratas, que se situaron por encima de los dos euros, y el cumplimiento para el Gobierno de sus objetivos respecto a los precios del tabaco.

Por otra parte, la puesta en marcha de restricciones al consumo y publicidad de tabaco provocaron un descenso en el consumo de cigarrillos que alcanzará el cinco por ciento a finales de 2006, según las previsiones del Ministerio de Sanidad y Consumo.

Todo esto ha sumido al sector tabaquero internacional en un proceso de reestructuración, en el que los grandes grupos buscan nuevos productos y mercados emergentes para seguir creciendo.

Las principales multinacionales tabaqueras han acusado esta caída de consumo en su cuenta de resultados: Altria, matriz de Philip Morris, informó a principios de año de que esta nueva situación costará a España unos 208 millones de dólares en 2006.

Por su parte, la hispanofrancesa Altadis obtuvo en el tercer trimestre unas ventas por cigarrillos de 1.251 millones de euros, lo que supone 233 millones de euros menos respecto a los 1.474 millones de euros del 2005.

En este contexto, los grupos medianos europeos (Gallaher, Imperial y Altadis) se convierten en una gran oportunidad para multinacionales como Philip Morris o Japan Tobacco.

La multinacional tabacalera japonesa anunció durante 2006 su intención de hacerse con una de estas compañías europeas, y en diciembre realizó una oferta sobre la inglesa Gallaher, que finalmente adquirió por valor de 2.250 millones de yenes (19.080 millones de dólares). EFECOM

lgc/jlm/mdo

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky