Telefónica está en condiciones de invertir en sus compras este año hasta 2.300 millones de euros, sin poner en riesgo su compromiso de deuda sobre ebitda. De esta forma, la compañía se mantendría en la línea baja de su objetivo de endeudamiento a medio plazo (entre 2 y 2,5 veces ebitda).
Las previsiones de los expertos apuntan que este año, sin los planes de inversión ya anunciados, el endeudamiento del operador se situará en diciembre en 1,89 veces respecto a su ebitda. Probablemente, según las fuentes consultadas, la estrategia de Telefónica consistirá en mantenerse en ese nivel, para que las agencias de rating la sigan viendo con buenos ojos y mantengan la perspectiva de deuda en positivo. La multinacional es la única firma de su sector a la que le han revisado al alza el rating y el grupo confía en que esa situación no cambie, puesto que está emitiendo deuda.
Dicho lo anterior, la compañía que preside César Alierta podría hacer suya por la operadora alemana HanseNet, cuyo valor rondaría los 1.000 millones de euros según las valoraciones de los analistas, sin contar con la deuda que tenga que asumir. Una vez descontada esta cifra, a Telefónica todavía le sobrarían otros 1.300 millones para realizar pequeñas compras estratégicas. En el punto de mira se encuentra la cubana Etecsa, tal y como ya informó elEconomista el pasado 3 de diciembre, así como algún pequeño operador mexicano o irlandés.
La semana pasada concluyó la fase de entrega de ofertas no vinculantes por HanseNet, en la que además de Telefónica, han participado el Grupo Vodafone y la germana United Internet. Los tres candidatos ya han presentado sus propuestas provisionales de precio por la filial de Telecom Italia. A partir de ahora, la terna de futuros compradores tendrá acceso a las cuentas de HanseNet para así elaborar una oferta en firme en los próximos meses.
Telecom Italia pretendía ingresar inicialmente cerca de 3.000 millones de euros por la compañía de telefonía fija y acceso a Internet alemana, si bien diversas fuentes relacionadas con la operación apuntan que el grupo transalpino ha reducido notablemente sus pretensiones.
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