La debacle de Air Madrid era un secreto a voces para los directivos de la compañía desde hace varios meses. Y, sobre todo, para su dueño y presidente, José Luis Carrillo, que llevaba unas semanas dándole vueltas a la posible venta de la empresa.
Mientras que llegó a hablarse incluso de la posible salida a bolsa de Air Madrid para el primer semestre de 2007, las verdaderas intenciones del propietario eran otras bien distintas. "El empresario hotelero, cansado de las presiones del Ministerio de Fomento, se ha puesto en contacto con varias compañías del sector -entre ellas el grupo Marsans, Air Europa y Vueling- para valorar un futuro traspasado de activos", aseguran fuentes cercanas al proceso.
Carrillo tiene absoluto poder en el Consejo de Administración de Air Madrid por lo que puede tomar cualquier decisión sin la oposición de nadie. El directivo controla el cien por cien de la empresa a través de dos bloques de participación propios.
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