
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, anunciaron que sus Gobiernos proporcionarán 10.500 millones de dólares de ayuda a Chrysler.
Estados Unidos dará al fabricante, que se tuvo que declarar en quiebra, 8.080 millones de dólares mientras que las autoridades canadienses proporcionarán 2.420 millones de dólares.
Una vez que Chrysler salga de la quiebra, Washington controlará un 8 por ciento del accionariado de este fabricante mientras que Ottawa tendrá un 2%.
El acuerdo también establece que las autoridades estadounidenses nombrarán cuatro personas del consejo de dirección de Chrysler mientras que Canadá tendrá derecho a designar una persona.
"Apreciamos la relación estrecha y cooperativa entre los Gobiernos de EEUU y Canadá durante este periodo de reestructuración en el sector automotriz", dijo el presidente Obama dijo a través de un comunicado.
Por su parte, Harper afirmó que "quiere agradecer al presidente Obama y al Grupo Presidencial del Automóvil su estrecha cooperación con Canadá en este difícil asunto. Gracias a nuestros esfuerzos conjuntos ahora hay un camino hacia una Chrysler y un sector más fuerte".