
Caja Castilla-La Mancha asfixió en 2007 a su corporación empresarial. La entidad, intervenida por el Banco de España ante sus graves problemas financieros, reestructuró ese ejercicio su deuda, pasando de largo a corto plazo com- promisos de pago por más de 200 millones de euros. La deuda a corto de la corporación pasó de tan sólo 6,2 a 239,3 millones de euros.
La corporación tenía a 31 de diciembre de 2007 unos fondos propios, según sus memorias, de 383 millones y, en teoría, no debía tener problemas. Eso en principio, porque como se ha demostrado después la situación de la caja era realmente distinta. El pasivo total de la corporación pasó ese año hasta 648,4 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 17,4%.
Aunque en 2007, el holding empresarial de la caja obtuvo unos beneficios después de impuestos de 85,2 millones, casi el doble que el año anterior, CCM pagó después su alta exposición al sector inmobiliario. El holding tiene participaciones en empresas como la constructora Dico, en suspensión de pagos, y ha firmado alianzas con empresarios que se han visto mezclados en numerosos escándalos.
Participaciones
La corporación tiene, no obstante, negocios en sectores muy amplios. Controla, por ejemplo, el 25% del Aeropuerto de Ciudad Real, el 23% de la aeronáutica Aernnova, el 4,57% del fabricante de componentes para la automoción Antolín Irausa o importantes participaciones en el sector alimentario, en empresas como Conservas Calvo, J. García Carrión, la dueña de Don Simón, o la bodega Pagos de Familia Marqués de Griñón.
De hecho, sus relaciones con imputados en la Operación Malaya superan lo que se podría considerar una simple coincidencia, ya que continúan vinculados con ellos e incluso les han renovado créditos recientemente de elevadísimo riesgo. En total, la entidad financiera que presidía hasta ahora Juan Pedro Hernández Moltó ha prestado más de 200 millones de euros a los implicados en la trama marbellí.
Pero no sólo es eso. Se concedieron más de 1.100 millones de euros a siete empresarios afines, con los que, en algún caso, CCM mantiene negocios en común, tal y como adelantó elEconomista el pasado 1 de abril. Se trata, por ejemplo, de Domingo Díaz de Mera, promotor del aeropuerto de Ciudad Real y mano derecha de Luis Portillo en su desembarco en la inmobiliaria Colonial; los hermanos Antonio e Ignacio Barco Fernández, que participan también en el aeropuerto y que están vinculados a un importante grupo mediático en Castilla-La Mancha, con medios como El Día de Cuenca, El Día de Albacete o El Diario de Ciudad Real; Román Sanahuja, antiguo accionista de referencia de Metrovacesa o Aurelio González Villarejo, otro de los empresarios que participó en la entrada en Colonial y que desarrolla actualmente varios planes urbanísticos en la comunidad.