
Las pérdidas de 176 millones de euros que presentó Sacyr el año pasado han pasado factura a sus consejeros, que ahora deberán devolver las retribuciones que fueron percibiendo, mes a mes, durante todo el año. El motivo, no haber cumplido con su obligación, ya que según el artículo 43 de los estatutos del grupo, la remuneración del máximo órgano de administración de la compañía debe ir ligado al beneficio del grupo.
En concreto, el Consejo de Administración puede percibir hasta un 2,55 del beneficio. Pero, como Sacyr no ganó nada en 2008, al contrario, tuvo pérdidas, los administradores no tienen derecho a percibir ningún dinero por esta labor. Lógico, si se tiene en cuenta que los consejeros son los responsables de dictar la estrategia de la empresa, y cuando ésta ha sido errónea, hasta el punto de arrastrar a la compañía a números rojos, resulta difícil justificar que se embolsen ningún dinero por un trabajo fallido.
Otra cosa son las retribuciones que perciben los consejeros ejecutivos por su condición de directivos, las remuneraciones que les corresponden a los representantes de Sacyr en filiales del grupo o los planes de opciones sobre acciones. Teniendo en cuenta estas partidas, las atenciones estatuarias que deberán devolver y la remuneración que correspondió al fallecido Rafael del Pozo, la retribución de todo el consejo ascendió a 6,24 millones.
De hecho, al compañía también ha introducido un importante cambio en su política retributiva al aprobar el blindaje de cuatro altos directivos, de los catorce que tiene Sacyr. En esta cifra no se incluye a Luis del Rivero y Manuel Manrique, presidente ejecutivo y consejero delegado de la compañía, respectivamente.
Aunque ambos podrían beneficiarse de la nueva filosofía del grupo, que hasta ahora había rechazado los blindajes, fuentes de Sacyr aseguran que ninguno cuenta con este privilegio, por el momento circunscrito a altos ejecutivos no consejeros. La alta dirección del grupo percibió, en conjunto, 5,78 millones de euros, un 7 por ciento más que en 2007. Pero la retribución por ejecutivo sigue inalterable en 413.000 euros, ya que en 2008 la compañía contó con un miembro más dentro de la alta dirección.