NUEVA YORK (Reuters Health) - El impacto emocional en los hermanos de bebés que fallecen en las unidades de terapia intensiva (UTI) neonatales puede ser enorme y a menudo produce ansiedad, que dura hasta la edad adulta.
Un equipo de investigadores de Dartmouth Medical School, enHanover, New Hampshire, dirigido por la doctora Joanna H.Fanos, entrevistó a 14 hermanos, de entre 16 y 27 años, denueve familias de bebés que habían muerto en una UTI neonatal.
Los investigadores hallaron que 11 de los entrevistadospadecían altos niveles de ansiedad y que siete tenían"pesadillas reiteradas asociadas con su preocupación por lamuerte". Tres participantes tenían sentimientos de culpa.
Muchos de ellos mencionaron que sus padres nunca habíanrealizado el duelo por la pérdida del ser querido ni habíanrecibido apoyo emocional.
Siempre existía un aire de "secreto familiar" y"desafortunadamente, los hermanos no habían hablado sobre eltema en la familia, sino que cada uno luchaba en soledad",escribió el equipo en The Journal of Pediatrics.
El equipo también detectó que en el caso de aquellosparticipantes que presenciaron la enfermedad de su hermano bebéapreciaban cualquier participación que se les hubierapermitido, como cargar o hablarle al bebé o llevarle regalos.
Los rituales después de la muerte abrieron puertas a lacomunicación y las fotos y los objetos de recuerdo setransformaron en tesoros.
El equipo opinó que los médicos "deberían permitirles a loshermanos de los bebés ser participantes activos de la cortavida y la muerte de esos pequeños".
Asimismo, "los servicios médicos y los familiares deberíanconsiderar por igual el uso de la consejería psicológica paracomprender mejor las respuestas emocionales a la muerte en laUTI neonatal", agregó.
FUENTE: The Journal of Pediatrics, online 2 de abril del2009.