
El vicepresidente Solbes ha llegado esta tarde a calificar de anecdótica la intervención de una caja de Ahorros, la primera institución de crédito que ha sido arrollada por la crisis.
En un tono no precisamente preocupado, el responsable gubernamental de combatir la recesión ha negado que la Caja de Castilla-La Mancha (CCM) tuviera un agujero ha sido cifrado por la inspección del Banco de España y por un auditor internacional en 3.000 millones de euros- pero, por si acaso, ha concedido a esta entidad solvente aquejada de dificultades transitorias un aval de 9.000 millones de euros, una cantidad exorbitante cuya enormidad no ha querido explicar a requerimiento de los periodistas.
El diputado que sacó los colores a Hernández Moltó
Al propio tiempo, ha sido destituido el consejo de administración encabezado por Hernández-Moltó ?aquel diputado socialista que sacó los colores a Mariano Rubio cuando éste compareció ante el Parlamento ya acusado de corrupción- y se ha nombrado a tres funcionarios al frente de la gestión.
Ciertamente, la CCM representa lo ha dicho dos veces el vicepresidente- menos del 1% del sistema financiero español. Pero a nadie se le oculta que este primer naufragio es el síntoma de que estamos al límite de nuestras capacidades de resistencia. Tras 19 meses de crisis, cae la primera caja. La cuestión estriba en saber si el sistema continuará aguantando o si estamos al principio de un hundimiento en cadena.
Restar frívolamente importancia a lo ocurrido, como ha hecho Solbes ante la perplejidad de la vicepresidenta Fernández de la Vega, no es el mejor medio de infundir confianza, que es el elemento que más falta hace al sistema económico de nuestro país. Si no se rescata el realismo, estamos perdidos.