Empresas y finanzas

La poca nieve desliza al sector del esquí hacia la pendiente

"Grises y muy dudosas". Esas son las posibilidades que tienen las estaciones de esquí españolas de iniciar la temporada, como es tradición, el Puente de la Constitución. Y es que la nieve no llega.

El buen tiempo, que los meteorólogos atribuyen al cambio climático promovido por la contaminación de la atmósfera, ha impedido su aparición en las zonas de montaña donde se ubican las principales estaciones de esquí en España. Las altas temperaturas -nunca inferiores a los cero grados- tampoco han facilitado la puesta en marcha de los cañones para producir nieve.

La situación climática preocupa, sobre todo, a las estaciones de esquí del Pirineo catalán, aragonés y de Sierra Nevada que han realizado fuertes inversiones, que deben recuperar cumpliendo el calendario de inicio de la teporada tradicional de esquí, en el Puente de la Constitución, que comienza el próximo día 5 de diciembre. La ausencia total de nieve impide la apertura de las pistas. "Tenemos todo a punto para su funcionamiento para cuando caiga la primera nevada", coinciden en señalar los responsables de las estaciones.

El turismo de Lleida

Es el caso de las estaciones catalanas de Lleida, que compiten con las andorranas y las aragonesas para atraer a más público. La marca turística Neu de Lleida, que engloba seis complejos de esquí alpino (Baqueira-Beret, Boí Taüll Resort, Espot Esquí, Port-Ainé, Port del Compte y Tavascan) y otros siete de esquí de fondo (Aransa, Baqueira-Beret, Lles, Sant Joan de l'Erm, Tavascan, Tuixent-La Vansa y Virós-Vallferrera), afronta el inicio de la campaña con el eslogan: "Tanto y tan cerca", pero sin nieve por el momento. Y lo hace a la espera de comprobar si la línea de alta velocidad Madrid-Lleida aportará nuevos clientes que opten por la comodidad y rapidez de traslado.

En Lleida el turismo de montaña es el principal atractivo del invierno, que mueve al año 216 millones de euros, un 30 por ciento del producto interior bruto turístico de la provincia. Para la presente temporada, las estaciones leridanas han realizado inversiones por valor de unos ocho millones de euros en mejoras y equipamientos, entre los que destacan el incremento de la capacidad de los remontes (80.000 viajeros-hora) y 70 nuevos cañones de nieve artificial que se suman a los 730 ya existentes.

La estación de Baqueira-Beret con 1.922 hectáreas esquiables es la mayor del Pirineo, y atrae a la flor y nata de la clase empresarial y política española y catalana, que este año quizás deba esperar para esquiar. Por otra parte, las páginas de las estaciones de esquí de Andorra (Pas de la Casa-Grau Roig, Soldeu el Tarter, entre otras) apenas dejan ver alguna que otra mancha de nieve en las laderas; en el Pirineo aragonés las lomas aparecen verdes, y lo mismo ocurre en Cataluña.

Todas las miradas puestas al cielo

En opinión de Paloma García-Pachá, directora de la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem), las perspectivas del sector para el puente son "dudosas" si no hay cambio. Entre los responsables de las estaciones existe una "cierta preocupación", pero no pierden la esperanza de ver nevar esta semana.

Tampoco se atreven a dar cifras de estimaciones de pérdidas, aunque podrían superar los cuatro millones de euros si la nieve no llega antes del próximo día 10 de diciembre. Mucho más preocupados están los empresarios y hoteleros de la zona. La prensa local aragonesa también dejó ver la semana pasada esta preocupación.

Según Heraldo de Aragón, el puente del pasado año dejó más de 13,6 millones de euros en las comarcas del pirineo aragonés, y en esos días pasaron por las estaciones de la zona casi 100.000 personas. Lo previsible es que aunque en el puente no sea posible esquiar, la ocupación hotelera apenas se resienta, porque la gente suele hacer las reservas con mucha antelación, y si no hay nieve, se dedica a otras actividades de ocio.

En otros hoteles, sin embargo, esperan hasta un 50 por ciento de cancelaciones si no cambia la situación meteorológica. Para que la temporada se pudiera iniciar este puente sería necesaria una bajada considerable de las temperaturas, acompañada de precipitaciones de nieve.

"Las vacas pacen en las pistas"

Un portavoz de una estación de esquí catalana fue gráfico al describir ayer la situación: "Las vacas aún pacen en los pastos verdes de las pistas". Las previsiones meteorológicas indican que el buen tiempo se alargará aún durante esta semana y que no hay indicios de próximas nevadas en las cotas donde se ubican las pistas de esquí, entre 1.500 y 2.500 metros. "La temperatura, el pasado domingo 26 de noviembre, a 2.400 metros era de un grado bajo cero y con una humedad del cien por cien. Con estas condiciones es imposible fabricar nieve", señaló Joan Alabau, director de Boí-Taüll, quien reconoció "nerviosismo" en el sector.

Las cámaras digitales instaladas en la página web de Boí- Taüll y las de Baqueira Beret mostraban el pasado fin de semana un paisaje de montaña poco típico de los meses de invierno: parecía verano y no había ni rastro de nieve. Con estas condiciones y previsiones, las estaciones de esquí no se atreven a fijar una fecha para abrir sus pistas. "No nos asustemos antes de tiempo", dijo Joaquim Alsina, director de la Asociación catalana de Estaciones de Esquí.

La mayoría de los centros habían anunciado hace dos semanas que abrirían las pistas el 1 de diciembre. Pero no lo han hecho. La Masella, en la Cerdanya, se ha aventurado a anunciar que abrirá el 5 de diciembre. Mientras, el temor de los hoteleros es que si la nieve no llega pronto se podría anular el 90 por ciento de las reservas. Con lo que más de uno pedirá al cielo que sea generoso y traiga la deseada agua congelada...

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