Empresas y finanzas

Marcha atrás: la banca limpia sus bolsillos de bonus multimillonarios

Obama ha criticado duramente las primas a los directivos.

Por el momento, AIG, ING, Société Général, entre otros, han renunciado a una parte importante de su retribución extraordinaria. El Gobierno norteamericano vigilará de cerca al sector financiero para evitar que éste se convierta en caldo de cultivo de escándalos. Sobre todo ahora, después de la cola que han traído las desvergüenzas de algunos directivos, como los de American International Group (AIG), con las ya archifamosas primas, después de haber recibido importantes inyecciones de dinero público.

El escándalo se conoció el pasado 15 de marzo, cuando se hacía público que la entidad norteamericana entregaba un total de 117 millones de euros a repartir entre sus ejecutivos después de haber recibido una ayuda gubernamental de 120.000 millones de euros. A partir de entonces, ni ciudadanos ni organismos estatales pudieron reprimir su indignación ante tamaña provocación. La repercusión de la opinión pública y la voluntad de Andrew M. Cuomo, el fiscal general de Nueva York, han logrado que varios de los ejecutivos agraciados renunciasen a sus bonos, devolviendo poco menos de un tercio de las cantidades recibidas.

Pero el caso de AIG no ha sido el único que en las últimas semanas ha levantado ampollas entre los ciudadanos. ING, el grupo financiero holandés, tuvo que pedir formalmente a sus ejecutivos que devolviesen los 300 millones de euros que se habían repartido en concepto de primas de 2008. La indignación social pudo con la conciencia de la compañía, que también había recibido una inyección de capital público de 10.000 millones el pasado mes de octubre. La entidad, que el último trimestre de 2008 acumuló pérdidas por valor de 3.100 millones de euros, apelaba a la moral para que sus trabajadores devolviesen sus bonus.

El mal de los bonus también ha tenido consecuencias en el país vecino. Francia anunció recientemente que estudia aprobar una ley que permita controlar de alguna manera los sueldos de los directivos, después de que varios ejecutivos de Société Général también hubieran dejado clara su intención de cobrar las primas de 2008 pese a haber sido rescatados por el Gobierno francés. Una vez más, el colectivo social en su totalidad montó en cólera. Hace apenas unos días, y ante el clamor, los mandamases de la compañía anunciaron que finalmente renunciarían a los montos recibidos en concepto de primas. Los tiempos de las primas multimillonarias parecen haber terminado.

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