Empresas y finanzas

Sacyr mete revoluciones a su nueva filial de autopistas con dos vías chilenas

Tras vender Itínere, el grupo ha acelerado la regeneración internacional de este negocio y puja por algunas de las mayores concesiones arrancadas en el país andino en los últimos 4 años. Con el pie puesto en el acelerador, Sacyr avanza en su apuesta por regenerar la filial de concesiones, ese hijo pródigo que sacrificó, vendiéndoselo en su gran mayoría a Citi Infraestructuras, para salvar la compleja situación financiera del grupo, y que ahora aspira a recuperar con varios proyectos internacionales.

Los más inmediatos se ubican en Chile, donde el Gobierno de Michelle Bachelet ya ha declarado como proyecto de interés público la concesión de la autopista Concepción-Cabrero, una vía de 78,8 kilómetros que pasará a manos privadas durante un periodo de 40 años. Hace tres años, cuando todavía aglutinaba su negocio de concesiones bajo la insignia de Itínere, Sacyr propuso al Ejecutivo chileno ampliar a doble calzada esta carretera, reconvertirla en peaje, crear accesos controlados y construir cruces a desnivel.

Habitualmente, cuando un Gobierno termina licitando la idea de un privado, éste suele hacerse con la concesión. Y el grupo presidido por Luis del Rivero, a través de la recién creada Sacyr Concesiones, está dispuesto a cumplir con la tradición, pujando por esta nueva autopista, que requerirá una inversión de 130 millones de dólares (96 millones de euros).

Del mismo modo, la compañía tiene todo preparado para luchar por un nuevo tramo de autopista de la Ruta 5,
que sustituirá al actual, entre las localidades de Puerto Montt y Pargua. Esta concesión también nació en la cabeza de los ingenieros de Sacyr y podría echar a andar en los próximos meses.

El proyecto consiste en incorporar 48 kilómetros de peaje de doble calzada, 13 puentes y 5 enlaces a cambio de invertir 74 millones de dólares (55 millones de euros) en su construcción.

A estas dos concesiones se suma la reciente adjudicación de la Autopista Vallenar-Caldera, el pasado mes de octubre, por 241 millones de dólares (178 millones de euros) y 35 años de explotación. Se da la circunstancia de que Sacyr empezó a preparar este proyecto en paralelo con los otros dos, y todos figuran entre las principales vías arrancadas por el país andino en los últimos cuatro años.

Crecimiento internacional

Al mismo ritmo que va cumpliendo los plazos para vender el grueso de las concesiones de Itínere a Citi (este mismo mes se espera que el fondo de infraestructuras lance una opa sobre la compañía), Sacyr avanza en la regeneración de su negocio de autopistas, con una clara apuesta por el mercado internacional y el deseo de transmitir el mensaje de que quiere seguir siendo un jugador de primer nivel en este mercado.

Consulte la información completa en la edición de fin de semana de diario elEconomista.

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