
"Mantener en pie a una entidad irremediablemente dañada mediante ayudas públicas afecta negativamente al funcionamiento del sistema y perpetúa la des- confianza". Poca interpretación se puede hacer de un mensaje tan claro como el que ayer lanzó el presidente de BBVA, Francisco González, durante la junta de accionistas de la entidad en la que apostó por acabar con los bancos denominados zombies. González pide un pacto económico y social para afrontar los problemas del país
González supeditó la recuperación económica a solucionar los problemas del sistema bancario global, aunque rechazó que se consuman recursos públicos y privados "tan necesarios para otros empleos más productivos" -apostilló- para reflotar a las entidades que se ven incapacitadas para dar crédito.
A juicio del presidente de BBVA, estos recursos deberían utilizarse para identificar y aislar a las entidades más débiles, sanearlas y reestructurarlas y devolverlas, lo más rápidamente posible al sector privado a través de procedimientos transparentes. Para el caso español, defendió el modelo de intervención del Banco de España, a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para salvar al sector.
Sin embargo, Francisco González reconoció que ésta no es la fórmula mágica y avanzó que "debemos asumir que si la recesión es suficientemente dura y prolongada, que lo es, pueden emerger problemas de solvencia en algunas entidades".
Pide compromiso de todas las partes
González no ocultó su preocupación al afirmar que estamos ante "una situación de verdadera emergencia nacional" ante la que propuso un acuerdo con el compromiso explícito de todos. "Un gran contrato económico y social para afrontar nuestros graves problemas inmediatos y avanzar hacia ese modelo. Para que la economía española sea más productiva y más competitiva en el mercado global, más moderna y creadora de riqueza y empleo", dijo.
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