
La Comisión Europea ha confirmado hoy que sus sabuesos inspeccionaron por sorpresa la sede de Electricité de France (EDF) el pasado martes. Sospechan que el Goliat energético galo ha violado el Derecho de la Competencia: podría haber incurrido en un abuso de posición dominante y haber instigado un alza artificial de precios en el mercado mayorista de electricidad en Francia.
Esta "posible manipulación de los precios mayoristas" puede tener "efectos potencialmente nefastos en los precios pagados por los industriales y los consumidores privados", comentó el portavoz de la Comisión para cuestiones de Competencia, Jonathan Todd.
Por su parte, una portavoz de EDF ha confirmado que "están en curso investigaciones iniciadas por la Comisión Europea y que la empresa coopera".
Trocear la compañía
Aviso a navegantes: el portavoz de la liberal holandesa Neelie Kroes, comisaria europea de Competencia, subrayó que la inspección es fruto de la investigación del mercado europeo del gas y la electricidad, cuyas conclusiones generales publicó Bruselas en 2007. Y recordó, como quien no quiere la cosa, que en este mismo contexto se enmarca la aún reciente investigación de Bruselas sobre el gigante alemán E.ON.
Para firmar la paz con el Ejecutivo comunitario y evitar posibles multas multimillonarias, E.ON se comprometió a desprenderse de su red de alta tensión para el transporte de electricidad en Alemania; ejemplo seguido en el mercado alemán por el grupo germano RWE y el sueco Vattenfall.
La oposición de capitales como París y Berlín impidió que, pese al apoyo de otras como Madrid, Bruselas troceara por la vía legislativa a las compañías integradas que generan y transportan energía. Pero la Comisión Europea avanza en esta fórmula de liberalización gracias al poder que le confiere el Derecho de la Competencia.