Se mantienen los riesgos derivados del fuerte crecimiento y concentración del crédito
El Informe de Estabilidad Financiera que hoy publica el Banco de España (www.bde.es) confirma, con datos a junio de este año, la fortaleza de las entidades de depósito españolas, tanto en términos de rentabilidad como de solvencia, si bien persisten los elementos de preocupación relacionados con el fuerte crecimiento del crédito y su concentración en determinados segmentos de negocio.
El crecimiento de la actividad, tanto en España como en el exterior, y el aumento de la eficiencia contribuyen a explicar esta evolución. No obstante, las políticas crediticias de las entidades cobran una relevancia especial, en un contexto en el que la financiación sigue creciendo a ritmos elevados.
Concretamente, el crédito al sector privado residente ha seguido acelerándose (+25% interanual). La
financiación para la compra de vivienda continúa mostrándose expansiva, si bien su tasa de crecimiento es muy similar a la registrada en diciembre de 2005. Por otra parte, la financiación a empresas se ha acelerado significativamente (del 17,9% al 25,4%), con un aumento de la concentración de las carteras en los segmentos de construcción y promoción inmobiliaria. Casi la mitad de la financiación a empresas no financieras se destina a los dos sectores citados.
Los activos dudosos del crédito al sector privado residente crecen un 10,2%, pero las ratios de morosidad continúan en niveles históricamente muy reducidos, debido tanto al fuerte aumento del crédito como a la sólida posición patrimonial de familias y empresas. No obstante, se aprecia una mayor morosidad en el crédito al consumo.
En cuanto a la rentabilidad de las entidades, los resultados son favorables, creciendo en términos absolutos los tres márgenes (intermediación, ordinario y de explotación) e incrementándose el diferencial entre la rentabilidad de los recursos propios (el ROE alcanza un 19,8%) y de la deuda pública española. Esta positiva evolución responde al sostenido dinamismo de la actividad y a la mejora generalizada en la eficiencia (la ratio de eficiencia media se sitúa ligeramente por debajo del 50%). Estos buenos resultados se mantienen al compararlos con los registrados por las entidades de la Unión Europea.
Finalmente, los coeficientes de solvencia siguen muy por encima de los mínimos exigidos por la regulación: el coeficiente de recursos propios totales permanece estable en el 10,6%, mientras que el básico desciende ligeramente al 6,9%. En ambos casos, las ratios se sitúan en torno a la media europea.