Firmar una hipoteca en España se ha convertido en toda una carrera de obstáculos. Pero hay entidades financieras, como el Banco Guipuzcoano, dónde para conseguir un crédito debe ser usted todo un campeón en saltar vallas. Imagine por un momento que no tiene ningún problema de solvencia. Cuenta con un trabajo estable, nómina fija y nunca ha tenido ningún problema de impagos
Está usted pensando en comprar un casa nueva y necesita una hipoteca de poco más de 120.000 euros, que piensa pagar en un plazo de 20 años. No es una cantidad excesiva y, en principio, no debería tener problemas. Pero sorpresa. Si acude usted a una oficina del Guipuzcoano es probable que las condiciones no sean ni mucho menos las que podían plantear hace tan sólo un par de años.
Según la documentación facilitada por clientes de esta entidad financiera a la que ha tenido acceso elEconomista, tendrá que pagar usted un tipo de interés del euribor, más 75 puntos básicos, más una comisión de subrogación del 0,5%. Hasta aquí todo normal. Pero llega la letra pequeña.
Si quiere usted obtener el préstamo, antes debe firmar un seguro del hogar, la compra de 500 acciones del banco y un depósito pignorado de 75.000 euros por un plazo de un año. Sí, ha leído bien. El Banco Guipuzcoano no tiene suficiente con la casa como garantía y solicita como aval personal para la concesión de créditos hipotecarios la firma de avales por un porcentaje que puede llegar hasta el 60% del importe del préstamo.
El banco se explica
"Dependiendo de la zona, en determinadas oficinas y para reducir riesgos pueden darse casos en los que se pida comprar acciones o contratar depósitos, pero no es la política comercial que sigue la entidad a nivel general", asegura una portavoz del Banco Guipuzcoano.
El problema es que hay casos en los que si quiere un préstamo a un año, tendrá inmovilizado un importe muy significativo, que el banco podrá embargar en cualquier momento en cuanto deje de pagar la hipoteca. Y por supuesto, tampoco falta el truco. Mientras paga por el préstamo cerca del 5%, ese depósito remunerado no llega ni siquiera al 2,8%. Todo un negocio para la entidad.
Pero el caso no acaba ahí. En las últimas semanas ha habido personas que han contactado con oficinas del Guipuzcoano para pedir un préstamo y, cuando todavía no habían dado ni siquiera su visto bueno, el director de la sucursal les ha abierto sin previo aviso una cuenta corriente y contratado un seguro con compañías como Groupama.
Todo sin previo aviso. "Es una coacción en toda regla", han denunciado a elEconomista clientes del banco, que estudian además emprender acciones legales ante el Banco de España. No es de extrañar así que en diciembre la deuda hipotecaria de las familias españolas cayera por primera vez desde 2001. En comparación con el mes anterior, el descenso fue del 0,7%, algo que no ocurría desde hace siete años (agosto de 2001), cuando el endeudamiento cayó un 0,5%.
Beneficio congelado
La crisis financiera no ha pasado de largo del Banco Guipuzcoano, aunque la entidad tampoco ha sido de las más perjudicadas.
Frente a otras entidades de tamaños similares este banco mediano cerró 2008 con un beneficio de 61,6 millones, lo que supone en la práctica repetir el de un año antes. En la primavera pasada su consejo ya vió que se acercaban momentos duros para el sistema finciero de ahí que presentaran un "plan de choque" por el cual ponían en marcha una estratégica de limitación de concesión de créditos, congelación de su plan de expansión, ajustes de plantilla, aunque no traumáticos, y un plan para contener la morosidad.
Por otro lado, Banco Guipuzcoano se ha caracterizado por figurar en las quinielas de bancos"fusionables" o "comprables". Entre los últimos rumores serios de compradores se barajó la posibilidad del la portuguesa Caixa Geral de Depósitos (CGD).