La compra de Unión Fenosa por Gas Natural está al rojo vivo. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, ha asegurado que el vicepresidente Solbes dará su visto bueno rápidamente, lo que abrirá los plazos para el desembarco de la compañía que preside Salvador Gabarró en la de Pedro López Jiménez. Esta operación supondrá además un tsunami eléctrico, ya que supone reabrir las hostilidades entre Florentino Pérez e Ignacio Galán.
Por su fuera poco, también traerá consigo una subasta para quedarse con los activos puestos a la venta entre un número importante de competidores que puede llegar a cambiar el status quo del mapa eléctrico.
La portuguesa EDP no se ha andado por las ramas y ha sido la primera en mostrar oficialmente su disposición a participar en la operación. Otros, con mayor cautela, se limitan a asegurar que estudiarán la operación, pero han pasado meses intentando forzar en la Comisión de Competencia el mayor número de desinversiones posibles para el nuevo gigante energético español.
Endesa e Iberdrola, al margen
La Comisión ha dado con su resolución un duro golpe a la CNE -cuyas condiciones fueron mínimas- y a Iberdrola, ya que ha rechazado gran parte de sus pretensiones. La CNC se ha negado a imponer un comprador único para todos los activos que debe vender la gasista, rechaza también separar a Repsol y Gas Natural en los mercados de gas por tratarse de una medida desproporcionada y tampoco ha aceptado obligar a la gasista a realizar subastas de electricidad. Del mismo modo, en las próximas semanas se espera que Enel y Acciona lleguen a un acuerdo para que la italiana pueda tomar el control en Endesa. De esta operación dependerá el papel que pueda jugar la italiana en el proceso de desinversiones. Asimismo, Acciona se encontrará con cerca de 8.000 millones en efectivo para poder participar en la subasta.
Endesa e Iberdrola, en principio, no deberían poder acceder a la compra de los 2.000MW de ciclos combinados de gas que la empresa catalana tendrá que vender en Andalucía, Galicia, centro, Cataluña y Valencia, ya que la intención es reducir el poder de mercado de ambas. No parece lógico que Competencia pueda aprobar la compra de centrales por parte de estos dos gigantes y que Industria, a la vez, les esté forzando con las subastas de capacidad a vender energía. La propia Competencia ya asegura que estas ventas servirán para la entrada de nuevos competidores o el reforzamiento de los ya existentes, como pueden ser E.ON, EDP o Electrabel.
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