MOSCU, 14 (EP/AP)
Los accionistas rusos en la 'joint venture' de British Petroleum (BP) con TNK en el país euroasiático niegan que deseen vender su participación o que reciban presiones por parte del Gobierno de Vladimir Putin para hacerlo.
TNK-BP, uno de los tres mayores productores de crudo de Rusia, se enfrenta a un número creciente de informes negativos por parte de las autoridades y a la amenaza de revocación de varias licencias. La semana pasada, uno de sus altos directivos fue objeto de la apertura de una investigación criminal.
Los analistas consideran que el Kremlin presiona a los inversores rusos, muchos de ellos acaudalados particulares, que controlan cerca del 50% de TNK-BP para que vendan su participación a la gasista estatal Gazprom o a la petrolera estatal Rosneft.
Uno de los principales accionistas de Alfa, Pyotr Aven, cuyo grupo controla el 50% de TNK, sostuvo que los inversores no sufren presiones de ningún tipo y describió los problemas con las autoridades como "burocracia propia de un gran Estado que funciona".
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