Ahora o nunca. El actual panorama económico recomienda que Iberia y British Airways cierren ya su fusión y los protagonistas están jugando sus ultimas cartas. Fuentes conocedoras del proceso aseguran que Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, se ha reunido en las últimas semanas con el consejero delegado de la aerolínea británica, Willie Walsh, a espaldas del consejo de administración de la española, para "cerrar la operación y asegurarse un buen asiento en el nuevo grupo".
Caja Madrid es el primer accionista de Iberia con el 23%, y el futuro de Blesa en la entidad financiera depende de que se desbloquee o no la reforma de los estatutos de la caja. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quiere aprovechar este cambio para quitar a Blesa de la presidencia.
Mientras que esto ocurre, el número uno de la entidad financiera quiere cerrar la fusión cuanto antes. No es la primera vez que Blesa ha soñado con tener un puesto de privilegio en Iberia (IBLA.MC). Ya intentó ser presidente, tras la salida de Xavier de Irala, pero la elección de Fernando Conte acabó con su sueño.
Hay previsto para el jueves 12 de febrero un consejo extraordinario de Iberia, en el que se ultimarán los detalles del proceso. "No se descarta que en estas semanas se culmine la fusión", añaden otras fuentes conocedoras de los movimientos en la aerolínea española.
Aunque portavoces oficiales de Iberia y British Airways (BAY.LO) declinaron hacer comentarios sobre los movimientos de las últimas semanas, lo cierto es que la iniciativa de Miguel Blesa no ha sentado nada bien a Fernando Conte, presidente de Iberia. De hecho, la polémica por la valoración de los fondos de pensiones de la aerolínea británica, que suponen un desembolso de British Airways de más de 2.500 millones de euros en los próximos años, vino forzada por las presiones de Caja Madrid, que ha seguido muy de cerca todas las negociaciones tras detectar este compromiso de la aerolínea británica con sus pilotos.
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