Desde que el socialista José Montilla tomó en 2006 el relevo de Pasqual Maragall al frente del poder autonómico en Cataluña, él y su consejero de Obras Públicas, Joaquim Nadal han trabajado intensamente por impulsar el aeropuerto barcelonés de El Prat. Y lo han hecho con dos objetivos: responder a la desatención de Iberia en cuanto favorecer a Madrid-Barajas y menospreciar a El Prat. Y, segundo, motivar a la clase empresarial catalana para que colgaran la bandera "catalana" a una aerolínea desde El Prat.
Las negociacionesde Montilla y Nadal han obtenido sus frutos: El Prat tendrá dos aerolíneas "catalanas": Vueling y Spanair (que dejará de mantener su estructura en Palma para recalar en Barcelona). Montilla ha captado el apoyo de empresarios catalanes integrados en FemCat como Ramon Roca (Ros Roca), RamonCarbonell (Copcisa), Xavier Pujol (Ficosa), José Miarnau (Comsa), Carles Sumarroca (Emte) o Miquel Martí (Sarbus).
Desde la Generalitat se considera que teniendo la base en Barcelona se conseguirá impulsar el aeropuerto con más vuelos internacionales, aunque no por ello más vuelos transoceánicos. Así, las "presiones" de Montilla para motivar a los empresatrios catalanes han convencido a Iberia para que fusione su participada de bajo coste Clickair con Vueling para crear la nueva Vueling que estará controlada por Iberia pero tendrá en la sombra a José Manuel Lara (Grupo Planeta). Es una buena noticia que Cataluña haya rescatadode la debacle empresarial a Spanair, después del trágico accidente del pasado 20 de agosto que provocó 154 víctimas.
Compañías en crisis
Pero a esta iniciativa hay que añadirle la realidad de un mercado aéreo afectado por la crisis, los vaivenes delprecio del carburante y con la amenaza de precios baratos. Faltará ver despegar a estas dos aerolíneas desde la flamante Terminal 1 (antiguaT-Sur) en El Prat. Tanto Vueling como Spanair están en pérdidas.
La primera, que preside el catalán Josep Piqué, obtuvo unos números rojos de 63 millones de euros el año pasado y la segunda acumula pérdidas de 130 millones. Ambas basan su crecimiento en rutas domésticas e intermedias en Europa, pero ninguna transoceánica, con lo que tampoco convertiría a El Prat en el verdadero aeropuerto internacional que quiere la Generalitat. Y otro problema: la extrema competencia del bajo coste de Easyjet en El Prat y en los aeropuertos regionales de Reus y Girona tutelados por Ryanair.