Su reciente inclusión en la PAC para las superficies de interés ecológico, su doble aptitud como abono verde o forraje y un ciclo vegetativo muy corto, ha multiplicado el atractivo de este cultivo.
La crotalaria juncea es una especie herbácea anual de la familia de las leguminosas que destaca por su rápido establecimiento y un ciclo vegetativo muy corto, tan solo 5-7 semanas, en las cuales alcanza una altura de 1,6 -1,7 metros aproximadamente. Originaria de Tailandia, presenta muchas ventajas que están animando a cultivarla a muchos agricultores españoles especialmente en la zona del Levante y en Castilla y León.
"Se está convirtiendo en una alternativa para muchas zonas como Andalucía, Castilla y León, Murcia o Almería. Zonas que persiguen mejorar sus suelos de forma ecológica sembrándola después del cultivo principal", explica Jesús Rabanillo, director de Efectos Soluciones, una de las empresas que comercializa la venta de semilla de esta especie en España.
La crotalaria juncea es un cultivo rústico que se adecua a todas las zonas y suelos porque no es muy exigente, adaptándose, tanto a tierras arenosas como a algunas un poco más fuertes. La siembra se realiza entre la primavera y el verano porque necesita temperaturas cálidas. "Normalmente se abre la campaña de siembra en la zona sur a partir de abril y después, sobre la segunda quincena de mayo, cuando empieza el calor en Castilla y León, se empieza en la zona norte", explica Rabanillo.
Las necesidades de agua no son exigentes y en algunas zonas se cultiva incluso en secano. El riego de nascencia es fundamental y muchas veces es casi suficiente para completar el ciclo. "Frente a los 9.000 metros cúbicos del maíz o los 6.000 de la alfalfa, la crotalaria juncea, necesita entre 1.000 y 1.200 dependiendo del clima o tipos de suelos", señala el director de Efectos Soluciones.
Esta leguminosa tampoco requiere tener ninguna maquinaria especial. La podemos sembrar con una máquina de cereal convencional e incorporarla en caso de utilizarla como abono verde con un rotavator o una grada. Un dato importante a tener en cuenta es la superficie de siembra que debe ser de 1 centímetro de profundidad. La utilización de un rulo compactador mejora la calidad de la siembra en función de la aceleración uniforme de la germinación de las semillas. "El momento de siembra idóneo es cuando la luminosidad y temperatura son las adecuadas para la germinación que suele coincidir con mínimas por encima de diez grados centígrados", advierte Rabanillo.
Un cultivo con dos opciones
Sus dos diferentes usos es uno de sus grandes atractivos. Por un lado, la podemos cultivar para abono verde o como cultivo de cobertura para proporcionar materia orgánica y nitrógeno en el período entre el cultivo principal de verano y el de invierno. Es uno de los principales usos en el levante para recuperar el suelo y fijar nitrógeno.
Dado que esta planta es una leguminosa, suministra su propio nitrógeno y proporciona nitrógeno residual al cultivo que le sigue. "Mediante la fijación de nitrógeno atmosférico, la crotalaria juncea puede acumular hasta 201.6 kg. de nitrógeno por hectárea", remarca Rabanillo.
Otro aspecto a señalar es la incorporación de materia orgánica, en torno a diez toneladas, aspecto en sí fundamental que se complementa con la mejora de las texturas de las tierras. Si son arenosas, consigue tierras con más cuerpo, por lo que los abonos y la humedad están más tiempo a disposición de los cultivos venideros, o en el caso de las tierras fuertes, dejándolas más huecas, consiguiendo que no tengan tanto poder de compactación", explica el director de Efectos Soluciones.
El cultivo de la crotalaria juncea para forraje también es muy interesante porque proporciona un heno de calidad y muy apetecible para los animales debido a su alto contenido en azúcares. "Es un cultivo que ofrece un heno con buenos porcentajes de proteína, fibra y una digestibilidad in vitro del 70 por ciento", destaca Rabanillo. La palatabilidad -que les guste a los animales-, además, en todo tipo de animales es muy elevada reduciendo de manera importante las mermas. "Un aspecto de gran importancia, sobre todo en pequeños rumiantes, donde las mermas significan un porcentaje muy elevado de los gastos de alimentación de una explotación ganadera", comenta este experto en el cultivo de la crotalaria juncea.
La producción media cuando su destino es el forraje suele estar en torno a las 7 toneladas de materia seca por hectárea dependiendo del lugar donde se cultive. Los costes del cultivo rondan lo 140-150 euros por hectáreas con una dosis de siembra de entre 40-60 kilos por hectárea. "El precio si la vendemos para forraje fluctúa bastante, pero suele arrojar un precio medio de entre 120 y 140 euros por tonelada", explica Jesús Rabanillo.
Otro beneficio de este cultivo es su poder nematicida eliminando porcentualmente algunos tipos de nematodos fitoparásitos. La crotalaria juncea gracias a su alto poder nematicida, elimina los nematodos de las familias Meloidogyne javanica, Meloidogyne incognita, Globoreda y Heterodera, que son los más comunes en España.