
Oasis Park Fuerteventura afronta la recta final de un proyecto de producción industrial de este lácteo considerado el más parecido a la leche materna humana y con beneficios para los diabéticos científicamente probados
¿Se imagina echando a su carro de la compra un envase de leche de camella? Una respuesta afirmativa puede parecer hoy inverosímil, pero lo cierto es que un zoológico canario, concretamente Oasis Park Fuerteventura, afronta en estos momentos la recta final de un proyecto de producción industrial de este lácteo con la vista puesta en iniciar su comercialización en apenas uno o dos años
La leche de camella con sello español está, pues, a punto de llegar al mercado; y, aunque hoy por hoy podamos verlo no más que como un producto exótico, anoten: no sólo está considerada como la más parecida a la leche materna humana –junto a la de yegua-, sino que estudios científicos la catalogan también como una inestimable aliada para las personas que padecen diabetes, aspectos ambos que, sin duda, la confieren una enorme proyección de futuro.
De esas dos grandes particularidades saben, y mucho, en el Oasis Park, un complejo de ocio, investigación y conservación de fauna y flora ubicado en el municipio de La Lajita (Fuerteventura), que, cuando inició su andadura hace más de 30 años lo hizo con penas dos camellos y que, gracias a su apuesta por la conservación de la especie canaria, es hoy el hogar de la mayor reserva de camélidos de Europa. En sus instalaciones reside un rebaño de 400 ejemplares, de los en torno a 1.100 que, según la Asociación de Criadores del Camello Canario, viven en la actualidad en el conjunto del archipiélago.
"El zoo utilizaba los machos para sus propuestas de paseo a los turistas, pero no las hembras", relata Elena Díaz Medina, bióloga, doctora en Producción Animal y desde su llegada a este complejo en noviembre de 2010 de la mano del programa ministerial Inncorpora, alma mater del proyecto "Dromedairy", enfocado a poner en marcha la primera explotación de producción industrial de leche de camella de España. "Me encontré sobre la mesa un proyecto de creación de una granja y de investigación de las propiedades de la leche de camella porque entonces ya circulaba la idea de que reduce la glucosa en sangre, se hablaba de sus beneficios para la salud y venía gente a pedirla", recuerda esta tinerfeña de 42 años que tras desembarcar en Oasis Park vinculó su tesis doctoral a esta innovadora iniciativa e hizo de las camellas –de las que, ni qué decir tiene, habla con verdadera pasión-, prácticamente el eje de su vida.
La suma de los expertos saudíes
En 2012 el parque firmó un primer convenio de colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona, en la que Elena ha desarrollado el trabajo científico del proyecto bajo la inestimable ayuda del catedrático de Producción Animal Gerardo Caja y la dirección de éste y de Maristela Rovai. Cuatro años más tarde ese convenio se amplió con la incorporación de la Universidades de Las Palmas de Gran Canaria y, también, de la King Saud University de Arabia Saudí, cuya suma, subraya Elena, ha sido importantísima teniendo en cuenta que pertenece a uno de los países del mundo con más tradición y experiencia en la explotación lechera de camélidos. Y así, con ese apoyo de los mayores expertos académicos, lo que nació como un proyecto envuelto en dudas, se fue poco a poco convirtiendo en una iniciativa viable de manejo ganadero y producción industrial de un alimento que en los países árabes se considera un regalo de Alá, y cuyos beneficios traspasan fronteras y culturas. No en vano, tiene un "valor brutal" en la comunidad de los Amish -cuya alimentación, es bien sabido, se basa en productos orgánicos y saludables-, fascina a científicos y "celebrities" de todo el mundo y ya ha impulsado la creación de sucursales de producción por parte del gran abanderado de la "camel milk", Desert Farms, en países como Francia, Alemania, Holanda y Suecia.

"Era un proyecto muy a largo plazo", dice Elena Díaz Medina. Un proyecto que, vistos los valiosos beneficios nutricionales de la leche de camella, llevó a Oasis Park Fuerteventura a apostar decididamente por el aprovechamiento de esta raza de dromedarias denominadas comúnmente camellas canarias en las islas, a las que estos animales llegaron en el siglo XV. Con esa apuesta, que ha convertido a la suya en la mayor reserva de Europa, el complejo zoológico favorece además la conservación de una especie que, si bien prosperó con facilidad gracias a su perfecta adaptación al clima canario y a su idoneidad para el trabajo en el campo, ha sufrido una importante recesión en su población en los últimos años como consecuencia precisamente del abandono de la agricultura, hasta el punto de encontrarse en peligro de extinción.
En ese avance del proyecto, explica la investigadora, "hemos tenido que ir sobre la marcha". De hecho, comenta entre risas, "cuando comencé mi pregunta era si nuestras camellas servían para dar leche"; "¡yo no sabía ni cuántos pezones tenía una camella!", exclama para añadir a continuación que "son cuatro, como las vacas", si bien el manejo de ambos animales nada tiene que ver.
Entrenar el ordeño
Así, el desarrollo de su tesis se ha enfocado a ir dando "soluciones a las muchas dudas que iban surgiendo" (en torno a una especie ganadera que sólo está incluida en el catálogo oficial como tal desde 2011 y sobre la que apenas existe normativa más allá de la relacionada con su transporte para eventos festivos como las cabalgatas de Reyes): "¿es un animal que sirve para producción lechera?; ¿cuál es la mejor alimentación para esa producción?; ¿cómo se ordeñan?...". Hubo incluso que construir una planta piloto "muy abierta, pues a los camellos no les gusta la oscuridad" y realizar un "entrenamiento de ordeño" configurando "una manga de ordeño para ir pasando a las camellas, que quitaran el miedo y que asimilaran el ruido de los aparatos", apunta Díaz Medina.
Todos estos años de investigación han supuesto, ni qué decir tiene, un gran desembolso económico para el zoológico de La Lajita, que dirigen Cirila, Soraya y Lázaro Cabrera y Casto Martínez. El parque ha contado, eso sí, con ayudas públicas y con el aporte también de las universidades implicadas, pero "dar una cifra exacta sería dificilísimo", dice Elena Medina, más aún teniendo en cuenta que al proyecto aún le queda recorrido.
En lo que a los pasos de futuro se refiere, según comenta la propia investigadora, ya tienen "corrales, la alimentación diseñada, el manejo veterinario y la fórmula de identificación de animales muy avanzados…", y saben "qué ordeñadoras utilizar y cómo", pero "queda la parte fuerte: montar todo el complejo" y poner en marcha una maquinaria perfectamente coordinada para, al final, "obtener un producto de calidad, que cumpla todos los estándares sanitarios y que se valore".
En helado, chocolate o tetra brik
Aún no han decidido en Oasis Park Fuerteventura el formato y los canales de comercialización de este producto "que sabe de una forma muy similar a la leche de vaca desnatada pero con un puntito salado", si bien se baraja su posible degustación en los propios establecimientos de restauración del zoológico e incluso su consumo en cualquier rincón geográfico en forma de chocolate, helado u otros derivados, siempre, eso sí, bajo el marchamo identificativo de "Drome Milk".
En este sentido, matiza la investigadora de Oasis Park Fuerteventura, "queremos que se venda y valore como un alimento funcional", un carácter que, sin duda, le confieren los estudios que, científicamente, ya han probado que la leche de camella aporta vitaminas B3 y C, una escasa materia grasa y elementos necesarios para reducir el colesterol, eliminar toxinas del intestino y disfrutar de propiedades antiinflamatorias como zinc, magnesio, hierro y calcio, e incluso que contiene un componente con propiedades muy similares a las de la insulina, con lo que su consumo en una cantidad de medio litro al día por parte de un diabético le permitiría afrontar la jornada con la mitad del aporte médico de insulina habitual. Asimismo, se la considera la más parecida a la leche materna, lo que la abre una gran vía como alternativa para la fabricación de leches adaptadas a lactantes, y algunas investigaciones hablan de su efecto beneficioso para tratar el autismo y enfermedades como las de Crohn o el alzheimer.
Con semejante carta de presentación no es de extrañar, pues, que la leche de camella avance a pasos agigantados en el top de los considerados "healthy" o productos saludables. Y recuerden, España está a punto de sumarse a esta revolución.
El precio
Si por sabor puede asemejarse al de la leche más producida del mundo (665 millones de toneladas al año), lo que está claro es que en precio la de camella (2,91 millones de toneladas) no se parecerá en nada a la de vaca. Y es que, aunque la investigadora Elena Díaz asegura no poder desvelar aún el precio al que han asociado la rentabilidad de la granja, basta saber que en si en una cabaña en pleno desierto "el litro cuesta en torno a 2 euros, en Estados Unidos, en bote y con un formato bonito, el precio puede dispararse hasta los 20 euros". Otro ejemplo, si nos adentramos en uno de los más conocidos gigantes del comercio online, encontraremos un envase de leche de camella en polvo de apenas 200 gramos al precio de 35,20 euros.
300 personas compartiendo el mismo sueño
Elena Díaz Medina es hoy la principal cabeza visible del proyecto de creación de una granja para la producción de leche de camella en Oasis Park Fuerteventura, pero como ella misma subraya, detrás del mismo hay muchas personas más. Además del de los propietarios, la bióloga destaca el papel esencial de la directora del Departamento Animal del zoo, Soraya Cabrera, -una "gran apasionada de los camellos"-, en el avance de la iniciativa, como también el de la gran familia de trabajadores del complejo, que, de uno u otro modo, atienden a la cabaña de 400 camellos, tanto en Oasis Park, donde se encuentran los machos, como en la granja camellar y finca de forraje situadas en el llamado Barranco de Goroy -al norte de Fuerteventura-, donde conviven 208 camellas de las que, a día de hoy, 137 están ya destinadas a producción lechera. "Camelleros, veterinarios, personal de mantenimiento… Somos 300 los trabajadores que soñamos con ello", apunta la bióloga sobre este emprendimiento compartido que pronto hará a España entrar en la lista de países productores de la apreciada leche de camella.