
Tras el año más seco de la historia, los agricultores volvieron a poner "el contador a cero" para empezar a partir del 15 de septiembre una nueva campaña. Ilusiones renovadas, para dejar atrás los más de 3.000 millones de euros de pérdidas que ha dejado la sequía en España según los sindicatos. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Agro
En este inicio de campaña, todavía quedan cultivos por recoger. La patata no se está sacando de la tierra porque la calidad no es buena ni los precios tampoco y el maíz se está segando ahora, cuando lo normal es en noviembre. En remolacha, las azucareras han abierto sus puertas y en algunas zonas no se puede sacar porque lleva sin regarse desde agosto y el terreno está muy seco.
La situación al inicio de la campaña es complicada. La colza se ha sembrado en seco en Castilla y León y pronto empezarán las siembras de los cultivos herbáceos en Andalucía. A la espera de ver los litros caídos estos días, el panorama cambiaría totalmente si el resto de octubre y noviembre vinieran lluviosos. "Con la tecnificación de las explotaciones de hoy en día y el saber hacer de los agricultores se podría hacer una siembra normal de cereales", comentan desde los servicios técnicos de Asaja.
La situación ahora mismo es de espera e incertidumbre. Los agricultores han tirado muy poco abono y mucha semilla está en las naves. Lo poco que se ha hecho ha sido en seco y sin tempero, esperando a que la situación cambie y por fin llueva. "Estamos en plena sementera de colza en Castilla y León y la zona centro de España, tras unas grandes expectativas y el terreno mejor preparado que nunca, al final se ha sembrado menos de los esperado por la sequía", confirman fuentes de Asaja. Si no llueve lo necesario este otoño, tras las siembras en seco, el riesgo es que no haya una buena implantación del cultivo.
A la espera de ver cuántos litros han caído esta semana, para Andalucía las precipitaciones que caigan estas tres semanas van a ser claves para que la siembra no se vea afectada. La cuenta atrás ha comenzado y cuanto más se retrase la lluvia, más problemas habrá. Una situación que se repetirá después con Extremadura, Aragón y finalmente Castilla y León, según vayan comenzando con sus particulares campañas de siembra de cereales. "La ventaja es que hoy en día contamos con una gran cantidad de variedades, de diversos ciclos, que ofrecen mayor facilidad y diversidad al agricultor para poder planificar sus siembras".
La situación de los cultivos permanentes en secano es desigual según tengan la cosecha todavía en los árboles o ya se haya recogido. Con las almendras y las uvas recolectadas, la peor situación se la está llevando el olivar que afronta ya unas pérdidas de entre un 20 y un 30% debido a la escasez de precipitaciones recibidas en los últimos meses, según datos que maneja COAG-Jaén. "Desde el mes de abril y hasta la fecha han caído en Jaén 48 litros por metro cuadrado, mientras que la media de los últimos diez años es de 102 litros por metro cuadrado, es decir, una reducción de un 60% menos con respecto a las cifras de la última década", explica el secretario general de COAG-Jaén, Juan Luis Ávila. Solo en la provincia jienense, la mayor productora mundial de aceite de oliva, se estiman unas pérdidas en este momento de unas 70.000 toneladas de aceite y unos 260 millones de euros. "Una situación muy preocupante que sitúa al campo en un momento muy complicado y compromete parte de la próxima cosecha", comenta Juan Luis Ávila.
Restricciones en el riego
La situación para el regadío tampoco es mejor. La campaña va empezar y si no hay un aporte importante no se va poder regar. "En el alto Guadiana se ha comunicado que, si no hay lluvias, que cuenten con un recorte del 100% en aguas superficiales y en subterráneas un porcentaje que oscilaría entre el 20 y el 100%", comentan desde ASAJA. "No hay agua embalsada ni perspectiva por lo que la situación es muy precaria lo que nos llena de incertidumbre", comenta Donaciano Dujo, presidente de ASAJA Castilla y León, que reclama que los presupuestos contemplen partidas excepcionales debido a la crítica situación. "Estamos acostumbrados a mirar al cielo, pero una situación así de dramática todavía no la habíamos vivido".
La ganadería es otro de los sectores más afectados por la sequía en este inicio de campaña. La ausencia de lluvias ha provocado una reducción drástica de la calidad y cantidad de los pastos lo que está obligando a los ganaderos a suplementar con piensos y forrajes el ganado con el gasto económico que conlleva. Los ganaderos también se han visto obligados, ante la ausencia de agua, a abastecer sus explotaciones con camiones cisterna y cubas de agua para dar de beber a sus animales.