Agro

La sementera cruza su ecuador con retraso por la escasez de lluvias

  • La falta de agua en cultivos como la colza puede provocar problemas
Un tractor preparando la siembra.

Aunque costó, por fin arrancó la sementera de este año marcada por una escasez de lluvias que trajo intranquilidad al campo. Las lluvias del día 12 de octubre, primero, y de finales de ese mes después, aunque escasas, fueron suficientes para arrancar las primeras labores y siembras, no todas con los resultados esperados. Las temperaturas altas para esta época del año que sufrimos dieron por fin paso a un frío necesario y más acorde con estas fechas. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Agro

Mientras tanto, la sementera de cereales de invierno, de momento, avanza lentamente y con algo de retraso, aunque con un mayor optimismo que en sus primeros compases. Las escasas lluvias provocaron algo de nerviosismo en los agricultores y el poco agua caída en el Día del Pilar dio lugar a las primeras labores. "Las escasas o nulas precipitaciones, unidas a unos pronósticos meteorológicos nada halagüeños provocaron que se hicieran unas primeras siembras en unas condiciones que no eran las más adecuadas", explica David Erice, de los servicios técnicos de UPA.

Tras las borrascas del 25 de octubre, la situación mejoró bastante y, exceptuando esas zonas donde no se fue paciente, la sementera de cereal está ya bastante avanzada. "Hay un pequeño retraso de unos 15 días con respecto al año pasado, que dependiendo del tiempo se puede recuperar perfectamente y no tiene por qué afectar a la producción final", comenta Erice.

Problemas para la colza

Las dos últimas semanas fueron muy activas en el campo y desde UPA calculan que ya se ha realizado algo más del 60% de la sementera de cereales de invierno. "Queda por ver los efectos que pueden tener esas precipitadas siembras en zonas de Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha, donde apenas llovió y se tuvo que entrar no en las mejores condiciones", apunta este técnico de UPA.

Otro punto de interés estará en ver la evolución que puede tener la colza, uno de los cultivos de moda, ya que su siembra se ha retrasado bastante por la lluvia. "Este cultivo en secano puede tener problemas si no ha tenido una buena implantación, por lo que podría pasarlo mal". Las expectativas de las empresas de semillas para este cultivo eran muy altas pero finalmente, a la espera de los datos definitivos, no se ha podido sembrar, por el tiempo, todas las hectáreas previstas por los agricultores. A pesar de todo, el interés y la demanda para la colza siguen al alza.

En Castilla y León, a pesar de que llovió lo justo, se ha avanzado bastante en las últimas fechas y queda poco por sembrar, en torno a un 30% o menos. La preocupación de los agricultores está centrada ahora en los topillos y el cambio climático. "Se ha movido poco el terreno y no se han destruido las huras donde se refugian y volvemos a tener problemas con los topillos, porque arrasan con todo", apunta José Roales, responsable nacional de cultivos herbáceos de Coag. Para Roales, "el cambio climático es un hecho y está ahí".

El que no haga tanto frío como antes puede acarrear problemas en los cultivos de hongos y baterías debido a las altas temperaturas. Tras un verano caluroso sin apenas lluvias, el cereal "necesita que haga frío para que crezca hacia abajo desarrollando sus raíces y no hacia arriba". El problema del cambio que se está produciendo con las estaciones es que sin frío el cultivo se adelanta mucho, teniéndolo que cosechar antes con mermas importantes en el grano por el calor. "Nuestro principal riesgo es que no llueva y que no haga el suficiente frío para la deseada parada invernal del cereal", comenta este agricultor zamorano.

En lo que respecta a la agricultura de conservación, en esta Comunidad Autónoma, la sementera de cereales prácticamente se ha finalizado en las zonas que llovió lo suficiente. La razón es que la siembra directa requiere menos labores y se completa antes que el laboreo tradicional. Debido a los bajos precios del cereal, los agricultores han destinado menos superficie a este cultivo para apostar por barbechos o introducir leguminosas de cara a diciembre y enero. En las zonas donde no llovió, la sementera está muy parada o va muy despacio, a la espera de que llueva algo más, purguen las tierras y se puedan matar con el glifosato las malas hierbas que nazcan.

Desde Asaja, también confirman que hay un retraso en la sementera de este año de entre unos 15 y 20 días con respecto a 2015, aunque las últimas lluvias han mejorado la situación. "La bajada de temperaturas ha venido bien sujetando las siembras que se han realizado hasta ahora. En los últimos días han caído entre 20 y 30 litros de media y los agricultores esperan que caigan algunos litros más para que todos se puedan poner al día", explican desde los servicios técnicos de Asaja.

Desde esta organización, comentan que no ha dado tiempo a mover excesivamente la maquinaria en terreno favorable y que, a día de hoy, la sementera de cereal, según sus cálculos, estaría "sobre algo más del 40%", aunque con tiempo todavía de recuperar el retraso acumulado. "Al final rondaremos entre las 5,6 y 5,7 millones de hectáreas sembradas de cereal de invierno".

La sementera continúa, pero en el sector sigue la preocupación por los precios bajos del cereal. El agricultor está contenido y eso se traslada a las empresas de semillas, abono y maquinaria donde se han detectado pocas alegrías. Las lluvias no llegaban y el miedo a sembrar y que no germinara, con las pérdidas que podía suponer, han hecho que los agricultores fueran más conservadores. "Como la rentabilidad es cada vez más pequeña, se ha buscado más reducir gastos y ajustarse a unos objetivos de unos 5.000 kilos por hectárea, que invertir más para conseguir 7.000", comentan desde Asaja.

Los secanos tradicionales están aguantando mejor los bajos precios, pero hay otras explotaciones que ya están por debajo de los umbrales de rentabilidad. "Agricultores que cultivan maíz o trigos duros que necesitan riegos de apoyo lo están pasando mal y no cubren los costes", describen desde Asaja. Uno de los problemas que se arrastra es que hay pocas alternativas y sin unos precios altos es más difícil arriesgar o apostar por otras opciones.

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