
La oportunidad de conciliar la vida laboral con la personal escala posiciones entre los principales motivos que tienen en cuenta los ciudadanos a la hora de decantarse por una empresa u otra para trabajar. Así se deriva del informe anual Employer Branding: cuando la percepción se convierte en realidad, presentado esta mañana por Randstad, y según el cual el 45% de los españoles considera este aspecto, lo que supone que más de 2 millones de personas lo consideren un factor determinante para elegir compañía.
Por otro lado, el estudio sitúa, por tercer año consecutivo, el salario como el principal factor para escoger una empresa u otra, así lo es para un 63% de los profesionales. A este aspecto le siguen la seguridad laboral a largo plazo (para el 56%); el ambiente de trabajo agradable (49%) y las perspectivas de futuro (47%).
Por sexo, aunque hombres y mujeres muestran un comportamiento cada vez más parecido, "ellas siguen decantándose por aspectos más emocionales y vitales como la conciliación y el ambiente de trabajo, mientras que los hombres prefieren rasgos más técnicos y materiales", tal y como ha explicado el presidente ejecutivo de Randstad en España, Rodrigo Martín.
En cambio, sí se observa un distanciamiento entre las preferencias de los españoles según su franja de edad. De esta forma, los perfiles más jóvenes dan más importancia a la formación y a las posibilidades internacionales, mientras que las generaciones de mayor edad estiman más significativas la seguridad laboral en el largo plazo y las perspectivas de futuro. Una tendencia a la que, según Martín, "las empresas deberán adaptarse a través de una política de recursos humanos menos estándar". Finalmente, por sectores, los servicios empresariales, los hoteles y la electrónica se posicionan como los más atractivos para trabajar.
Desequilibrio en el mercado laboral
Durante la presentación del informe, Martín hizo hincapié en las negativas consecuencias del desajuste formativo al que se enfrenta el mercado de trabajo. En este sentido, en palabras del presidente ejecutivo de Randstad en España "no estamos ante la generación mejor formada", porque, si bien es cierto que hay una importante cantidad de personas muy bien cualificadas, existe también "una gran masa muy poco formada". Pero además del desajuste formativo, el mercado muestra un desequilibrio entre la oferta y la demanda. Así, mientras que "en las profesiones STEM -ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas- la demanda crece un 14% cada año, sólo un 7% de los matriculados están cursando este tipo de estudios", explica Martín, quien añade que el problema se debe a la falta de iniciativa personal.
En este contexto, retener el talento se presenta como un aspecto fundamental en la estrategia de las compañías, unos retos a los que se están adaptando especialmente bien startups y pymes, lo que ha llevado a que la gran empresa deje de percibirse como la organización que aporta los mejores atributos para seducir a los trabajadores, según ha explicado Martín.