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Cramway disfraza de juego la formación empresarial

Cramway es una start-up creada por dos jóvenes de 25 años en la que la formación online se disfraza de juego: no solo es necesario estudiar y examinarse, sino que plantea un reto.

Los dos jóvenes creadores de Cramway, con tan sólo 25 años, han hecho de esta start-up, basada en la gamificación, una potente herramienta de formación empresarial online disfrazada de juego, en la que la recompensa y el reconocimiento de los iguales ganan la partida.

Todo empezó como un proyecto fin de carrera para Fausto Escrigas y Miguel Ángel Arquero, estudiantes de último curso de Ingeniería Informática en la Universidad San Pablo CEU de Madrid.

Juntos desarrollaron una red social universitaria destinada a compartir apuntes y sembraron la semilla de lo que hoy es Cramway, gracias a los 15.000 euros que ganaron con el primer premio de Junior Achievement Startup Programme 2013, patrocinado por Hyundai, con los que fundaron la compañía.

Cramway es una start-up que aplica la gamificación, en forma de juego, a formación online de las empresas. Pero, ¿en qué consiste ese concepto, tan en auge, de la gamificación?

En palabras de Fausto Escrigas la definición parece sencilla: "se trata de estudiar por qué los juegos te enganchan y te motivan".

La media de edad del usuarios de videojuegos como City Build o Farming tiene 43 años y llega incluso a gastar dinero real para comprar bienes virtuales, señala Escrigas. "Hoy en día los videojuegos facturan más que la industria del cine o de la música".

Pero advierte: "la gamificación no consiste en que las cosas parezcan un juego", sino en aplicar sus componentes para sacarle el mayor provecho a otras potencialidades, como la competencia entre personas.

Por lo general, las plataformas de formación de las empresas "no están preparadas" para ofrecer ningún tipo de recompensa al empleado, "sólo se adquieren conocimientos", explica Escrigas. Por eso en Cramway no perciben la formación como un castigo, "en el que solo tienes que estudiar y examinarte", sino como un "reto".

Las puntuaciones que va consiguiendo el empleado en las formaciones son visibles para el resto de sus compañeros lo que, en el caso de hacerlo bien, implicará una recompensa del resto del equipo, lo cual "refuerza la autoestima", asegura el joven emprendedor.

Así, la empresa consigue dos cosas: por un lado, vincula a los empleados con sus objetivos y, por otro, consigue que aplique de forma ?inmediata? el conocimiento adquirido.

Retorno seguro

El confundador de Cramway apunta que las formaciones suelen tener una tasa de abandono del 67%, y una inversión media por parte de las empresas de entre 800 y 1.000 euros por empleado. "Por eso Cramway funciona tan bien": se trata de un aprendizaje horizontal", entre iguales, marcado por la motivación".

De hecho, este es el argumento principal de Cramway a la hora de captar nuevos clientes, "un retorno seguro".

"Intentamos ofrecer un producto personalizado 100%" y el máximo ahorro de costes posible. Para ello, cobran un alquiler mensual por la plataforma y no es necesario recurrir a un desarrollo completo desde cero.

"Lo más importante es escuchar" para que las dos partes puedan ganar, asegura Escrigas.

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