
"Desde 2002 no paramos de crear proyectos digitales. La clave está en detectar un buen mercado en el momento oportuno y disponer de un equipo de profesionales para que el negocio evolucione". Así explica, Carlos Blanco, emprendedor, business angel y fundador de la incubadora Grupo ITnet, cómo gestionan su trabajo. Se dedica al sector del ocio y entretenimiento porque cuando empezaron "era un mercado en expansión". Más noticias en la revista gratuita elEconomista Gestión y Desarrollo Exterior
¿Qué requisitos debe tener un proyecto para que llame la atención del grupo y decida invertir?
Primero comprobamos que el plan cuenta con un líder claro. Luego analizamos el potencial y el sector de negocio, y finalmente estudiamos el resto del equipo fundador, que debe estar motivado y contar con perfiles complementarios y compensados. La idea o el producto es en lo último que nos fijamos.
Ha publicado un libro titulado Los Principales errores de los Emprendedores. ¿Podría nombrar algunos?
Empezamos a cometer errores incluso antes de fundar nuestra start-up, cuando estamos seleccionando los socios y elegimos a amigos o familiares que no son los más adecuados. Otro desacierto es estar demasiado obsesionado con la idea inicial y no querer cambiarla. Pero lo más importante es aprender de ellos para no repetirlos en el futuro.
Muchos emprendedores han salido de España para capear la crisis y lanzar su idea, ¿qué les diría?
Creo que en España aún hay muchas cosas por hacer en el sector digital vinculadas a Internet y mobile, en especial en la combinación entre los negocios tradicionales y las posibilidades que ofrece el mundo digital. Aún así queda mucho por hacer en cuanto a diferencias legales y de regulación, porque la actual Ley de Emprendedores está más bien pensada de cara a los autónomos, y no se debe confundir a estos con los emprendedores .
¿Piensa que se está creando una burbuja de start-ups?
No existe tal burbuja. Estamos viviendo un crecimiento en el número de emprendedores y nuevas empresas, pero al contrario de lo que pasó en 2001 -con la burbuja de las puntocom- los inversores y business angel saben cuánto valen las startups en las que ponen su dinero y no las sobrevaloran.