
La entrevista laboral es el último paso para lograr un puesto de trabajo. Es la ocasión para que la empresa o el seleccionador entren en contacto directo con el candidato. Por ello, hay que cuidar todos los detalles, para causar la mejor impresión posible: la imagen, el lenguaje corporal, etc.
Uno de los aspectos que hay que controlar, y que muchas veces no se tiene en cuenta, es la distancia que se debe dejar con el entrevistador. La proxémica es la disciplina que estudia este tipo de comunicación no verbal, y lo que refleja cada distancia establecida.
1. Distancia íntima: menos de 45 centímetros, que es un espacio reservado para la pareja, la familia, y los amigos muy íntimos. Transmite afecto, cariño, e incluso puede producirse el contacto físico.
2. Distancia personal: entre 46 y 120 centímetros. Para conversaciones con amigos o compañeros de trabajo. Si se estira el brazo, se puede llegar a tocar a la otra persona.
3. Distancia social: entre 120 y 360 centímetros. La longitud para hablar con extraños o simples conocidos, sin casi relación.
4. Distancia pública: más de 360 centímetros. Para dirigirse a grupos de personas, en discursos o apariciones públicas.
Protocolos
Desde Jobandtalent desvelan las distintas interpretaciones que se pueden hacer sobre un candidato a tener de la distancia a la que se coloca, ya que no hay que olvidar que en esos momentos existen una serie de protocolos.
Un candidato que establece un espacio personal muy grande indica timidez, y que le cuesta confiar. Por contra, un espacio demasiado cercano demuestra ser una persona confiada, y con facilidad para relacionarse.
Lo normal es mantener una separación social, de más de un metro, para evitar incomodar al entrevistador.
Sin embargo, las distancia son solo orientativas. Ya que cada persona delimita su propio espacio para sentirse cómoda. Por eso, hay que estar atento a lo que hace el entrevistador, oservar si se acerca, o si trata de alejarse para ganar espacio, y actuar en consecuencia.