
¿Puede suponer una ventaja competitiva el hambre a la hora de conseguir un empleo? Las personas que tienen hambre sienten a menudo que se merecen más que sus compañeros, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Cornell y Dartmouth College. Ese sentimiento podría traducirse en el descaro adicional necesario para convencer a un empleador potencial o al jefe que lleve a cabo la entrevista de trabajo, según la investigación.
"Hay situaciones en las que tener un poco de hambre puede ser positivo", explica Emily Zitek, profesor y coautor del estudio, en declaraciones al The Huffington Post. Así, es posible que en la próxima entrevista de trabajo prefiera saltarse el desayuno o la comida.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores utiizaron una encuesta en la que los participantes deberían valorar su hambre y si estaban de acuerdo con algunas frases como: "Honestamente, creo que me merezco más que otros" o "las cosas deberían hacerse a mi manera".
Impulsa la confianza
Los resultados demostraron que el sentimiento de ser merecedor de más impulsa la autoconfianza en una entrevista de trabajo, o a la hora de negociar el salario. Sin embargo, Zitek advierte de que cuando suenan las tripas se puede intensificar demasiado la personalidad de las personas.
"Si el sentimiento de merecerse más es excesivo, puede dar una mala impresión al entrevistador". Asimismo, estudios previos consultados por los investigadores demostraban que es más difícil trabajar con personas así.