
El pasado 7 de octubre comenzó a funcionar el El Mercado Alternativo de Renta Fija (Marf), una vía de financiación para medianas empresas que está teniendo las mismas dificultades de arranque que su equivalente en la renta variable, el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), que en 2008 se abrió a las pequeñas y medianas empresas en crecimiento. El Marf está pensado para que las medianas reduzcan su dependencia de los bancos a la hora de financiarse gracias a la emisión de deuda en un mercado organizado, como hacen las grandes empresas.
Según un estudio de Axesor Rating, la primera empresa de calificación en España, el Marf podía llegar a movilizar hasta 1.000 millones de euros en su primer año, ya que unas cien compañías podrían emitir "de forma inmediata". Sin embargo, seis meses después de su apertura, sólo la empresa que protagonizó el estreno, la constructora gallega Copasa, está en el mercado.
Fuentes del Grupo Arcano, que ayudó al Gobierno a diseñar el nuevo mercado de renta fija, atribuyen la lentitud en la incorporación de empresas a la coyuntura. "El MAB se creó en 2008 y desde entonces ha habido poco interés en la Bolsa. Hoy las condiciones de mercado son mejores y beneficiarán tanto al Marf como al MAB", explican. Según Julio Alcántara, director general del mercado de renta fija para grandes empresas Aiaf, "será a partir de ahora cuando empecemos a notar bastante actividad en el Marf", coincidiendo con la finalización de la auditoría de cuentas anuales que deben presentar las empresas para acceder al mercado.
De hecho, dos empresas del Mercado Continuo tienen previsto salir al Marf. La vasca Elecnor anunció el pasado lunes una emisión de pagarés a 12 meses por hasta 100 millones de saldo vivo, y Tecnocom anunció, el 21 de marzo, que "ha analizado las diferentes opciones de financiación disponibles y ha acordado dar prioridad a la alternativa de una emisión de bonos" en este mercado.
Empresas "sanas y solventes"
El Marf estará destinado a empresas "sanas y solventes que no tienen problemas de liquidez", según Axesor, y su rentabilidad media esperada se sitúa cerca del 7%. No es una solución, por tanto, para empresas en pérdidas, de las que los inversores, que en este mercado son institucionales, no se fiarían. Según Arcano, "está dirigido a empresas con ebitdas -resultado bruto de explotación- superiores a 15 millones, de cualquier sector" y el objetivo debe ser financiar inversión, sustituir deuda bancaria o una combinación de ambas. Los costes son menores que los de los grandes mercados.
En este sentido, el asesor del Marf Simó Rodríguez (de Riva y García) señala que "ante la dificultad para obtener financiación bancaria, muchas pymes miran este nuevo mercado como una solución a sus problemas, pero rápidamente se dan cuenta de que necesitan ganar tamaño para poder emitir deuda propia". La necesidad de encajar la demanda de las empresas y la oferta de los inversores está llevando a algunas compañías a iniciar movimientos de integración para lograr la dimensión deseada. Se podría decir que el Marf está actuando como incentivo de las fusiones entre empresas de pequeño tamaño.
En este rango de empresas medianas, sólo durante el mes de marzo se ha producido la fusión de la empresa vasca Ibercom con Másmóvil y la adquisición de Sinetik por parte de la empresa famliar catalana Macsa. "Son movimientos destinados a ganar dimensión para alcanzar un tamaño que permita plantearse la emisisón de deuda como fuentes de financiación", asegura Rodríguez.
"Con un buen proyecto"
"La idea de acudir al Marf surgió de forma natural y casi necesaria", según José Luis Suárez, presidente de Copasa. "Era una buena oportunidad para empresas de nuestras características, para conseguir financiación a largo plazo, ante las dificultades de acceso al crédito bancario, pero que, además, nos introduce en una disciplina de mercado y de transparencia que aporta valores añadidos a la compañía", explica. "El Marf es un complemento y un mecanismo adecuado para acceder al crédito en la medida que deseamos, porque pertenecemos al sector de la construcción y eso plantea evidentes dificultades aquí y ahora", concluye.
Su asesor para la salida al mercado fue Didendum, una de cuyas socias, María Victoria Vázquez, cree que "tanto el MAB como el Marf son mercados complementarios, pues permiten a las pymes diversificar las fuentes de financiación, tener visibilidad en los mercados y conocimiento de otra clase de inversores". A estos mercados "puede acudir cualquier tipo de empresa con un buen proyecto de futuro, y con expectativas de fuertes crecimientos" señala. Aunque la mayoría de empresas del MAB son del sector tecnológico, Vázquez destaca que son válidos para cualquier sector y, de hecho, en Galicia es adecuado para alimentación, confección y distribución, además de tecnología. Según esta socia de Didendum, si se confirma el inicio de la recuperación económica, tanto el MAB como el Marf "van a tener un fuerte desarrollo".
Dos aspectos que pueden frenar a los pequeños y medianos empresarios son los costes y las exigencias de información a los mercados. Tanto uno como otro son menos rígidos que en el Mercado Continuo y el Aiaf, sus hermanos mayores, ya que los gastos son más limitados y la información periódica se envía con perioricidad semestral, en lugar de trimestral. No obstante, en el Marf y el MAB "la empresa ha de tener en cuenta que debe tener una disciplina y transparencia respecto al mercado y los inversores", advierte María Victoria Vázquez.
Sigue el goteo en el MAB
El fabricante español de electrónica de consumo NPG Technology ha elegido la renta variable. Acudirá al MAB, según anunció el pasado 17 de marzo, para financiar su expansión en Latinoamérica, donde quiere aprovechar el apagón analógico que se producirá en muchos países entre 2015 y 2020. Considerando su experiencia en España durante la implantación de la TDT, con una cuota del 15% en el negocio de receptores, Latinoamérica supone una gran oportunidad, ya que mueve 80.000 millones sólo en televisores, según la compañía. Será la empresa número 24 en cotizar en el MAB.
En este mercado, al que pueden acceder sociedades de menor tamaño que al Marf, cotizan 21 empresas y dos socimis -sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria-. Entre las más conocidas están Gowex, Carbures, Imaginarium y Zinkia Entertainment (Pocoyó). El éxito ha sido desigual en las distintas autonomías, en función de la actividad de los asesores, el tejido empresarial y las ayudas fiscales. Sólo Andalucía tiene subvenciones para los gastos de salida al MAB, mientras la Comunidad Valenciana y el Ministerio de Economía conceden préstamos para estos gastos y Madrid, Cataluña, Aragón y Galicia tienen desgravaciones para los inversores que compren acciones.
Tampoco ha calado el MAB en el País Vasco, a pesar de su tradición bursátil en Bilbao, ya que sólo hay una empresa que se haya lanzado, en este caso con gran éxito. Se trata del operador de telecomunicaciones Masmóvil Ibercom. Esta empresa se ha convertido ya en la tercera compañía del MAB por capitalización, con 140 millones de euros, por detrás sólo de Gowex y Carbures. El objetivo del nuevo grupo es crear una empresa con crecimientos superiores al 20% anual. Para ello, no descarta la emisión de bonos que cotizarían en el Marf.
Aragón es una de las comunidades autónomas que tienen incentivos fiscales, pero sólo Imaginarium lo ha hecho, de momento, quizás porque el incentivo está dirigido al inversor, no a las empresas. El Ejecutivo permite una deducción de la cuota íntegra autonómica del IRPF por inversión en acciones de entidades aragonesas que lancen una emisión en el MAB. Es decir, que sólo beneficia a los residentes aragoneses.
Trampolín para el Continuo
La Junta de Andalucía es la única que presta ayudas directas a las empresas que quieren salir a cotizar, de alrededor de un 40% de los gastos en servicios externos para la realización de estudios, asistencia técnica, consultoría u otros relacionados con el proyecto de salir al MAB. Tal vez esto ha ayudado a que allí sean tres la pymes que ya cotizan en este mercado, la granadina Neuron y las gaditanas Carbures y Bionaturis.
Carbures es, junto con Gowex, una de las dos empresas con mejor comportamiento en este índice desde su debut hace justo dos años, con una revalorización del 3.000 por cien hasta capitalizar 600 millones de euros. Sus planes, según explica su director financiero, Juan Juárez, son debutar a corto plazo en el Mercado Continuo y para ello han contratado a Renta 4. El MAB como trampolín para el Mercado Continuo es otro de los atractivos de la bolsa de pymes . El consejero delegado y primer accionista de Carbures, Rafael Contreras, ya pedía a inicios de año que el Gobierno aprobara una ley ascensor que permitiera a las empresas saltar de un índice a otro sin asumir todos los costes asociados a un nuevo debut bursátil. No obstante, dará el salto sin haber esperado a que esa ley se haya aprobado.
Como candidato a cotizar en el MAB está la compañía sevillana Piel de Toro, centrada en el sector textil. Esta empresa familiar anunció a final de 2013 que en un plazo de 24 meses, si la evolución de las ventas es la esperada y alcanzaran entre 40 y 50 millones , sacaría a Bolsa una parte de su capital. La empresa estima que, en ese periodo, pasará de 60 establecimientos a 125, con especial hincapié en el despliegue hacia México y el Golfo Pérsico. Piel de Toro triplicó ingresos en 2013, hasta casi 12 millones, y prevé alcanzar los 20 millones este ejercicio.
Información elaborada por: Javier Alfonso, Ruth Lodeiro, Carmen Larrakoetxea, Esther Porta, Carlos Pizá, Rafael Daniel, Eva Sereno y Jordi Sacristán.