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Las enseñanzas empresariales del Hombre Plátano

Foto: Archivo

'Hombre Plátano' no parece el apodo de un gran magnate. Pero Samuel Zemurray con 18 años vio una oportunidad de negocio con los plátanos maduros que llegaban al puerto de Alamaba y que los comerciantes desechaban al considerar que no iban a llegar en buen estado a los puntos de venta. Con 26 años ya tenía una pequeña fortuna.

A partir de ahí Zemurray se hizo cada vez más fuerte en la industria bananera, hasta llegar a asumir el control de United Fruit, la empresa más poderosa del sector, en 1932. Murió en 1961, tras haber sido transportista, vaquero, agricultor, revolucionario, comerciante, filántropo y presidente ejecutivo, como señala el WSJ, en un artículo de Rich Cohen, autor de un libro que cuenta la historia de Zemurray.

Así, y a pesar de su ridículo apodo, el Hombre Plátano nos dejó numerosas lecciones empresariales que no deben perderse, a pesar de que en mucha ocasiones actuó al margen de la ley.

1. Compruébalo en persona

Cuando Zemurray entró en el mundo de la producción de plátanos se trasladó en persona a la selva de Honduras. Él mismo plantó plátanos, caminó por los campos y cargó barcos. Consideraba que esa era su ventaja sobre United Fruit, más grande, pero que era dirigida desde un despacho en Boston. Entendía a los trabajadores, sus sentimientos, temores y creencias.

2. Problemas simples, soluciones simples.

Cuando la década de los 20 tocaba a su fin, United Fruit y la compañía de Zemurray buscaban adquirir un mismo terrono fértil, con una ubicación especialmente complicada, pues estaba en la frontera entre Honduras y Guatemala y tenía dos dueños legítimos. Mientras la United Fruit contrató abogados y caros estudios para determinar quien era el verdadero dueño del terreno, el Hombre Plátano simplemente compró el terreno a los dos propietarios. Y aunque tuvo que pagar el doble, a la larga salió ganando.

3. Desconfíe de los expertos.

Durante la Gran Depresión en EEUU, United Fruit solicitó el consejo de los expertos para diseñar un plan de choque para salvar la crisis. Dichos expertos recomendaron que redujeran la velocidad en sus viajes para ahorrar combustible. Sin embargo, Zemurray, que ya estaba al frente de la compañía, acudió directamente a los capitanes de los barcos de transporte, y entre todos decidieron hacer menos viajes, pero sin reducir la velocidad. En seis meses las acciones, que habían caído de 100 a 10 dólares, subieron a 50.

4. Protege tu reputación

El dinero siempre puede volver, pero el prestigio no. En los inicios de su carrera Zemurray se asoció con la United Fruit. Recibió dinero y ayuda a cambio de que la gran compañía pudiera usar uno de sus barcos. Un año los trabajadores de Nicaragua durante una huelga bloquearon los ríos del país. La United Fruit utilizó el barco de Zemurray, con su logo y su nombre, para romper el bloqueo, lo que convirtió al Hombre Plátano en un personaje odiado en Nicaragua. Zemurray rompió automáticamente con United Fruit, a pesar de perder mucho dinero, para proteger su reputación. El empresario que no controla su nombre y su imagen no controla nada.

5. Ante la duda, actúe.

Cuando Zemurray se puso al frente de la United Fruit la empresa estaba al borde de la desaparición: el valor de sus acciones estaba casi en 0 y sus mejores empleados se iban a la competencia. El nuevo dirigente viajó a América Central, visitó a los trabajadores en persona, y demostró que desde ese momento la compañía tenía alguien al frente. Si los trabajadores piensan que sabes lo que estás haciendo, te seguirán a cualquier parte, explicó.

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