
El acceso al crédito y al capital ajeno es el primer obstáculo para las empresas que apuestan por el crecimiento o la diversificación de sus actividades y, más aún, para las empresas que aspiran a un crecimiento 'intenso'.
Aunque los proveedores de medios financieros, en general, adopten hoy en día una actitud cauta, el acceso al crédito en Europa varía también según la ubicación geográfica de la empresa. A pesar de la unión monetaria, el mercado interno de créditos carece de un 'campo de juego nivelado' debido a la falta de libre circulación de los préstamos y la ausencia de un verdadero mercado único del crédito.
Como consecuencia, la cantidad de los créditos disponibles y el coste de los mismos (como refleja la prima de riesgo), varía en función del lugar donde la empresa lo solicite.
Ante la imposibilidad de las empresas por influir en estos parámetros, hay sin embargo otra variable que influye en el acceso al capital ajeno donde sí pueden interferir en cierta medida: el tipo y la mezcla de la financiación ajena a la que acuden, llamada el 'finance mix'. Con ello, nos referimos al grado en el que las empresas se sirven de financiación de fuentes variadas, como de bancos tradicionales, proveedores de capital riesgo, business angels, crowdfunding, etc.
Por una parte, en zonas donde los bancos restringen su actividad prestamista, además de aumentar el coste de los créditos clásicos por la subida de la prima de riesgo, sería lógico ver un mayor interés por parte de las empresas por obtener otras fuentes.
Por otra parte, es probable que el recurrir a fuentes financieras 'alternativas' como el capital riesgo depende de su aceptación 'cultural'. En los países anglosajones es más habitual que en países con un capitalismo corporativo (economías germanas o nórdicas). También depende del número de empresas con un alto potencial de crecimiento que haya en cada país.
Ahora bien, al analizar el uso del capital riesgo en países europeos, se evidencia la notable correlación entre la evolución de la prima de riesgo de los respectivos países de la zona Euro y el tamaño del sector de capital riesgo de cada país miembro. Hasta el punto de que los datos de la Asociación Europea de Capital Riesgo señalan que también en un país anglosajón como Irlanda, la disponibilidad de capital riesgo se ha evaporado casi por completo en los últimos años en paralelo al auge de su prima de riesgo. Lo mismo ha ocurrido en Grecia (menos sorprendente, quizás, por no ser de una cultura anglófona), y lo mismo está sucediendo en España e Italia. Aunque el sector del capital riesgo se haya reducido en general en los últimos años en Europa, países como Finlandia, Suecia o Suiza (no precisamente países donde hay una alta propensión al riesgo) han visto una evolución más favorable en cuanto a la masa crítica de fondos de capital riesgo para sus empresas. Y esto ha coincidido con una evolución positiva de su prima de riesgo.
El capital riesgo es una fuente de financiación que en particular va destinada a empresas con un considerable potencial de crecimiento. Por lo tanto, la evolución de las inversiones de las sociedades de capital riesgo en un país sirve como indicador de la vitalidad y de la oportunidad de crecimiento del tejido empresarial. De hecho, la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo acaba de confirmar una nueva y fuerte bajada en el volumen de inversión en capital riesgo en lo que va de año ?en este contexto- es una mala señal, ya que insinúa la falta de proyectos empresariales con probabilidades de crecimiento.
La falta de apoyo que reciben las empresas por parte de los bancos convencionales se puede atribuir a problemas de liquidez y a nuevas regulaciones (Basilea) a los cuales están sometidos dichos bancos. Por lo contrario, la reducida actividad del sector de capital riesgo está más relacionada con la escasez de proyectos con sustancial potencial de crecimiento en un país. De hecho, es un sector donde no faltan recursos en sí, pero que cuenta con una mayoría de actores que actúan de forma transfronteriza destinando sus medios a los países y empresas que ofrecen las mejores garantías en términos de coste-beneficio.
El hecho de que al sector capital riesgo le cueste influir en España supone un lastre para la reconstrucción económica y pone de manifiesto que la mejora de la disponibilidad de fondos financieros para las empresas, sea a través de una unión bancaria, el fondo FOND-ICO Global u de otras vías, sigue siendo un asunto de alta prioridad para impulsar el despeje de iniciativas empresariales.
Bart Kamp, Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad y Deusto Business School