
¿Cómo mejorar la empleabilidad de un candidato? ¿Qué acciones o formación permiten a un desempleado añadir valor a su currículum y hacerlo más atractivo? No hay fórmulas mágicas, pero sí podemos constatar que la formación es el aspecto clave citado por la mayoría de los expertos: el reciclaje profesional, los idiomas y la especialización son los puntos a favor de un candidato.
Añadir valor al currículum
El mercado laboral ha evolucionado muy rápidamente en los últimos años, sin olvidar que el número de ofertas de trabajo se ha reducido provocando un aumento del número de parados. Las transformaciones que ha experimentado afectan de forma directa a los tipos de trabajo, a las funciones que desempeñan los empleados, a los perfiles profesionales y a las competencias demandadas.
Teniendo en cuenta este último aspecto, resulta evidente que para desempeñar una ocupación ya no basta con adquirir los conocimientos técnicos y teóricos, también es necesario tener una serie de conocimientos transversales, destrezas y aptitudes que puedan aplicarse a otros empleos y empresas y que permitan resolver los problemas profesionales de forma autónoma y flexible: las competencias laborales.
Así, aunque la situación es muy compleja, las personas que buscan un trabajo pueden mejorar su empleabilidad teniendo en cuenta tres aspectos fundamentales en su currículum: formación, experiencia e idiomas. La importancia de cada uno de estos ámbitos depende del mercado laboral y de la oferta a la que uno quiere presentarse, pero es imprescindible que los candidatos reúnan las habilidades y conocimientos que las empresas demandan en el contexto actual.
Formación
Los datos muestran que existe una relación directa entre el grado de formación y el riesgo de desempleo. La fórmula es simple: a más formación, menos paro. Y aunque la situación del mercado laboral es difícil incluso para los titulados universitarios con un máster, a la hora de competir por un puesto de trabajo es evidente que una persona formada tendrá ventaja sobre una que no lo está.
En este mercado laboral cada vez más competitivo, la diferenciación es un aspecto fundamental para un candidato. Para Cristina Muñoz Jiménez, Directora de Recursos Humanos de Global Estrategias/ Demos Group formarse es fundamental para lograr la diferenciación respecto a los otros candidatos. Si se analiza al candidato desde una perspectiva 'marketiniana', como un producto, tendrá más éxito quien pueda aportar más rasgos característicos y de calidad al currículum.
Por eso, la formación, especialmente la formación para el empleo, debe mejorar la calidad y eficiencia en el desempeño del puesto de trabajo, favoreciendo que los empleados conozcan mejor su papel en la organización y sean capaces de ser resolutivos en su actividad diaria. Formar a través de competencias implica sobrepasar la mera definición de tareas y tener en cuenta las funciones y los roles.
Para destacar ya no vale con poseer competencias académicas básicas, las empresas buscan personas con valor añadido (conocimiento de idiomas, nuevas tecnologías, inteligencia emocional...).
Competencias
Según el I Informe 'Los perfiles universitarios más demandados por las empresas en España', elaborado por el IE University y la consultora de comunicación Kreab Gavin Anderson, las multinacionales consideran que los cinco aspectos más importantes a la hora de seleccionar un universitario recién titulado son: conocimiento de idiomas, perfil internacional, relaciones públicas y habilidades interpersonales, educación/presencia/actitud, y emprendedurismo (entendido como la creación de proyectos individuales o colectivos), dejando en segundo lugar, conocimiento técnico, dotes comerciales y capacidad de negociación.
Hoy en día, ser competente en el campo profesional consiste en saber resolver problemas y situaciones del trabajo de forma autónoma. No basta con los conocimientos aprendidos en las etapas de formación (Universidad, FP...) es necesario contar con habilidades, conocimientos y actitudes que permitan desempeñar las tareas propias de una profesión.
Así pues, aunque cada empresa busque en sus ofertas de empleo las competencias más adecuadas para cubrir sus necesidades, existen una serie de habilidades y conocimientos que son ya casi imprescindibles: flexibilidad y movilidad, liderazgo y capacidad de trabajar en equipo, responsabilidad y compromiso, manejo de las TIC, comunicación...
La importancia de los idiomas
El conocimiento de idiomas se merece una mención aparte del resto de competencias, ya que, según Randstad, dominar una segunda lengua, especialmente el inglés incrementa un 44% las posibilidades de encontrar trabajo.
Según la consultora, el 75% de los puestos de trabajo dirigidos a perfiles senior y altos directivos exigen como requisito "indispensable" el conocimiento de un segundo idioma. El estudio destaca que la necesidad de dominar un segundo idioma aumenta en relación al perfil demandado, ya que es un requisito indispensable por parte de las empresas para el 58% de las ofertas dirigidas a recién licenciados.
Para Ana Calzada, redactora de Aulainglés, aprender idiomas permite sobresalir frente a la competencia y mejorar las oportunidades dentro del mercado laboral. De hecho, muchas compañías ya dan por supuesto el conocimiento del inglés y lo incluyen como competencia imprescindible dentro de sus ofertas.
Por último, no olvides que para aumentar las posibilidades de encontrar un empleo debes:
1. Analizar el currículum y las competencias teniendo en cuenta el puesto al que se quiere optar.
2.- Reconocer las virtudes y los defectos: qué competencias, formación y experiencia se tiene y qué requisitos busca la empresa que faltan.
3.- Resolver las carencias a través de la formación y desarrollar las competencias transversales necesarias para el desempeño de esta profesión.