Empleo

Los cursos del Inem sólo llegan a seis de cada cien desempleados

La formación es una de las vías para adquirir nuevas competencias profesionales con las que salir del desempleo. Sin embargo, según datos oficiales, tan sólo seis de cada cien parados accedieron en 2009 a un curso de formación público para demandantes de empleo. ¿A qué se debe?

Según un informe elaborado por la Fundación Élogos, que será presentado hoy en un acto en el que intervendrán representantes de los agentes sociales, junto a la secretaria de Estado para el Empleo, Mª Luz Rodríguez, son varios los factores.

El primero tiene que ver con el desajuste que hay entre oferta y demanda. El Ministerio de Trabajo e Inmigración actualiza cada tres meses su catálogo de ocupaciones de difícil cobertura, donde figuran aquellos puestos específicos que las empresas de cada comunidad autónoma necesitan cubrir y para los que no encuentran personal disponible.

En la última edición, correspondiente al período enero-marzo de 2011, figuran, entre otras ocupaciones, la de coordinador de tiempo libre, operador tornero y fresador, técnico de mantenimiento de equipos electromecánicos, calderero u operador de planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos.

"Éstas son necesidades reales que tienen las empresas. Sin embargo, los cursos públicos de formación para desempleados que se ofrecen no se ajustan a ellas", matiza Jaime Jópez Cossío, coordinador del estudio La formación de los desempleados en España, que hoy presenta la Fundación Élogos.

Oferta obsoleta

Empresas y desempleados tendrían un mayor punto de encuentro en la contratación laboral si los cursos formativos que realizaran los segundos satisficieran las necesidades laborales de las primeras. "Pero en España hay un catálogo (de cursos) cerrado, y eso hace que se haya quedado obsoleto con respecto a hace 30 años", indica Ignacio Baratech, socio director de Élogos.

Dicho de otra forma: "Debería invertirse el sistema de formación para desempleados. En lugar de crear un catálogo de cursos y lanzarlo en busca de parados que quieran formarse en esas especialidades, primero lo que debería hacerse es detectar qué especialidades son las que se necesitan y, en función de éstas, programar el catálogo de cursos. Con el modelo actual, la oferta es más bien generalista y no aprovecha las oportunidades de empleo coyunturales", prosigue Cossío.

En la actualidad, y según el informe citado, "de las 26 familias profesionales existentes, la mitad de la oferta (de cursos) se concentra en tres: gestión y administración (con un 23 por ciento de los cursos totales), informática (18 por ciento) y transporte (9 por ciento)". En este último apartado se incluyen las subvenciones para obtener carnets de conducción profesionales.

Segmentos desatendidos

Otra de las lagunas que refleja el informe La formación de los desempleados en España es que estos planes formativos se distribuyen de manera desigual entre los segmentos de desempleados. Así, por ejemplo, "los parados de más de 55 años prácticamente no acceden a esta formación". De los 261.543 parados que recibieron algún curso de estas características, tan sólo 9.057 correspondían a personas de este colectivo (es decir, menos del 3,5 por ciento). Por ello, desde Élogos también consideran que el modelo español "debería adaptarse a las necesidades de cada colectivo de desempleados, como sucede en otros países como Suecia, Alemania y Francia, que tienen modelos formativos más eficientes".

Esto también se debe a que, en el conjunto de la Unión Europea, la formación para desempleados tiene un peso mayor en las políticas activas de empleo. Así, mientras en Europa estos programas representan una media del 41 por ciento de esta partida, en España se queda en el 23 por ciento.

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