
Alrededor de 105 millones de personas son inmigrantes que trabajan en países distintos a donde nacieron, lo que supone un 49% de los 214 millones de migrantes internacionales que se calcula que existen actualmente en el mundo.
Así figura en el informe Migración laboral internacional: Un enfoque basado en los derechos, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y que reclama la necesidad de adoptar un "enfoque basado en los derechos" para ofrecer "un trato justo" a los trabajadores inmigrantes.
El 49% de los inmigrantes trabaja
El estudio señala que los 214 millones de personas migrantes internacionales, la mitad de las cuales son mujeres, representan un 3% de la población mundial. Los trabajadores migrantes, es decir, que están económicamente activos del total de población que se asienta en otro país, abarcan una población de unos 105 millones de personas, las cuales, junto con sus familias, representan cerca del 90% del total de los migrantes internacionales.
Entre otros temas, el estudio de la OIT pone en evidencia las carencias de trabajo decente y de protección de los trabajadores inmigrantes, incluyendo baja remuneración, falta de pago de salarios, ambientes de trabajo inseguros, ausencia de protección social, privación de la libertad sindical y de acceso a los derechos de los trabajadores, discriminación y xenofobia.
El director del Programa de Migración Internacional de la OIT, Ibrahim Awad, ha afirmado que "la migración laboral es, sobre todo, un problema que concierne al mercado de trabajo, al empleo y al trabajo decente, y no tanto un problema de seguridad y de solicitud de asilo o refugio". "El desafío es administrar la migración de manera de que pueda servir como impulso para el crecimiento y la prosperidad en los países de origen y destino, y, al mismo tiempo, proteja a los trabajadores migrantes y sea conveniente para ellos".
El estudio concluye que la gobernanza nacional e internacional de la migración laboral debería reconocer que la mayor parte de los migrantes buscan trabajo decente y ofrecerles mayores oportunidades legales para la movilidad laboral. Las políticas deberían basarse en el reconocimiento de los beneficios mutuos, tanto para los países de origen como para los de destino, y este informe añade recomendaciones como la protección de los derechos de los migrantes, fundamental para que todas las partes obtengan beneficios.
Discriminados en Europa y Norteamérica
Según la OIT la discriminación que sufren en Europa y Norteamérica los trabajadores migrantes, incluso los de segunda y tercera generación, es "pronunciada" y "generalizada". Un informe elaborado por el organismo en diez países europeos, en Estados Unidos y en Canadá indica que los jóvenes de origen extranjero deben presentarse a empleos cuatro o cinco veces más que sus pares nacionales -con similar educación, competencias y experiencia- para obtener respuestas positivas.
Según la agencia laboral de la ONU, los jóvenes que no sólo tienen origen migrante, sino también tienen apariencia de serlo (por su físico, nombre o acento al hablar) deben realizar 15 ó 20 veces más intentos para ser aceptados en una entrevista o las etapas ulteriores de un oferta de empleo.
Los expertos de la OIT afirmaron que se observa una tendencia más marcada a la discriminación laboral contra los inmigrantes en los países del sur de Europa, particularmente en España, Francia e Italia, cuyas leyes contra la discriminación y mecanismos de cumplimiento son más recientes que en las naciones del norte de Europa. La crisis económica sólo ha venido a empeorar esta situación, coincidieron los expertos.