Empleo

Sándor Puruczki, trabajador del Este

Sándor Puruczki.

Sándor Puruczki, de 31 años, procede de uno de los países del Este de Europa en el que se atisban más riesgos de quiebra incluso estatal. En la cuerda floja, su Hungría natal ya ha recibido una ayuda del FMI por 25.000 millones de euros. Pero ni aún así ve la luz. Tampoco Sándor la encuentra, pero sigue buscando trabajo todos los días, aunque no acierte a comprender las causas de esa crisis económica internacional que afectó el mercado laboral.

"No sé por qué la situación es tan difícil, pero estoy seguro de que ahora no hay trabajo. Antes, no conocía a nadie en la ciudad, pero conseguía trabajar de cualquier cosa en un plazo máximo de un mes", afirma él, que desde noviembre se ha quedado sin dinero y no tiene derecho a paro por no haber cotizado lo suficiente.

En la cola del comedor social "Ave María", en la zona también céntrica de Tirso de Molina, el ex soldador espera para desayunar, mientras lee el libro Taliesin, de Stephen Lawhead, de la biblioteca pública, que trata de un pueblo arrasado por un maremoto.

De informático en Hungría a parado en Madrid

La lectura en español, según él, le sirve para practicar el idioma, que todavía habla con dificultades. Hacer cola en comedores ya forma parte de la rutina de Sánder, desde que se vio sin trabajo, después de ejercer como camarero, soldador, técnico y mecánico en Madrid y La Coruña... siempre con contratos temporales.

Cuando vivía en Hungría, Sándor trabajaba en el sector de informática, como programador, y cobraba 400 euros. "Al venirme a trabajar a España podía llegar a ingresar dos o tres veces más y, además, ayudar a mi madre, que trabaja como cajera en un supermercado", dice el húngaro que también tiene experiencia como albañil, carpintero y cocinero.

Ahora insiste en que aceptaría cualquier oportunidad que le aparezca y le permita volver al mercado laboral. "Sólo quiero tener un trabajo, puede ser de cualquier cosa", explica Sándor, que cuenta su forma económica de buscar empleo. "Uso la red de Internet de dos grandes comercios, que son gratuitas. Una vez a la semana también me voy a los alrededores de Madrid, donde hay obras, en búsqueda de trabajo", desvela.

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