Elecciones Pais Vasco 2012

Urkullu tendrá difícil llegar a acuerdos para aplicar los recortes

Iñigo Urkullu celebra los resultados electorales.

El que será el próximo lehendakari, Iñigo Urkullu, en su primera intervención ayer tras conocerse el resultado electoral, emplazó a todos los partidos con representación en el Parlamento vasco a llegar a "acuerdos amplios y estables", porque el primer reto que tiene ante sí el País Vasco es hacer frente a la crisis económica y al desempleo.

La consecución de esos pactos será bastante complicada, ya que EH Bildu propugna una política claramente de izquierdas, al tiempo que el PSOE se ha convertido durante su etapa al frente del Gobierno vasco como la oposición a los recortes. Además, el PNV se ha pasado toda la campaña y toda la legislatura acusando a los socialistas de haber llevado casi a la ruina las cuentas del Gobierno vasco, por lo que será difícil que los socialistas olviden este pasado.

Con los otros dos partidos con representación parlamentaria, PP y UPyD, existe una gran distancia dados los planteamientos soberanistas del PNV, que son precisamente contra los que centraron su campaña electoral.

Ante este panorama, el futuro lehendakari trató de generar esperanza a los más castigados por la crisis, recalcando que "Euskadi tiene futuro" y que "juntos salimos adelante".

Recortar 1.000 millones

Durante la campaña electoral, el candidato del PNV cuantificó en unos 1.000 millones el recorte de gastos que habría de afrontarse en la nueva legislatura, dada la caída de la recaudación fiscal y el aumento de la carga financiera provocado por el espectacular crecimiento de la deuda del Gobierno vasco durante la etapa socialista.

A pesar de esta cuantificación de los recortes necesarios, Urkullu no entró en detalles de cuáles eran sus planes en esta materia, indicando únicamente que no afectarán a los servicios sociales, Sanidad y Educación. En el aspecto fiscal, los ingresos de los que depende la capacidad de gasto del Ejecutivo de Vitoria, Urkullu también anunció que hacía falta una reforma que hiciera el sistema más progresivo y a la vez que permitiera hacer frente al gasto público.

Durante los tres años de la legislatura socialista y al principio de la campaña electoral, los nacionalistas no quisieron definirse en materia de política fiscal, a pesar de las constantes apelaciones realizadas por el PSE. Para ejecutar cualquier reforma fiscal en Euskadi hacen falta amplios acuerdos, ya que las Diputaciones Forales (que son las que tienen las competencias de recaudación y regulación) están gobernadas por partidos muy diferentes: Vizcaya por el PNV; Álava por el PP y Guipúzcoa por Bildu.

El lehendakari saliente Patxi López acusó al PNV de oponerse a sus reformas fiscales con tal de ahogar económicamente al Gobierno vasco. Pero una vez abierta la campaña electoral y ante la constatación de las encuestas de que el PNV volvería a ocupar la presidencia del Gobierno vasco, Iñigo Urkullu accedió a entrar en el debate, anunciando una reforma fiscal, en profundidad de todo el sistema, con el objetivo de lograr una fiscalidad más progresiva.

Pero al igual que con la cuantificación de los recortes, Urkullu no quiso precisar cuál era el modelo fiscal que propugnaba.

Sin embargo, las primeras pistas hay que buscarlas en los posicionamientos defendidos por el diputado general de Vizcaya, el nacionalista José Luis Bilbao, que anunció una reforma tendente a una subida del IRPF para las rentas más altas, mantener el Impuesto sobre Patrimonio y la desaparición en el Impuesto sobre Sociedades de los regímenes especiales, como los de las Sociedades de Promoción de Empresas y Sociedades de desarrollo industrial y regional, y otros. Estas medidas irían acompañadas de una intensificación de la lucha contra el fraude fiscal.

La matemática de los pactos

Los cuatro partidos en obtener representación parlamentaria han sido PNV, Bildu, PSE, PP y UPyD, lo que implica una concentración del voto en grandes partidos, aunque claramente la balanza se decanta del lado nacionalista.

Al contrario de lo que se esperaba inicialmente, de forma matemática el escenario de pactos postelectorales ha quedado muy abierto, gracias a que el PNV la logrado mejores resultados de lo anunciado en las encuestas e incluso un escaño por encima de las propias previsiones de este partido.

La mayoría absoluta en el Parlamento vasco se logra con 38 escaños y el nuevo mapa electoral vasco permite que se puedan dar tres combinaciones diferentes para sumar esta mayoría.

Así, sobre el papel, el PNV (27 escaños) puede lograr los 38 escaños necesarios pactando con Bildu (21 escaños), también puede hacerlo en alianza con el PSE (16 escaños) y si uniese sus votos a los del PP (10) e UPyD (1).

Esto deja la puerta abierta a que los nacionalistas puedan jugar con la "geometría variable" que les ha caracterizado en otras ocasiones, ya que puede decirse que en el pasado han pactado con todas estas formaciones.

El caro apoyo de Bildu

Pero para lograrlo, Urkullu necesitará ser un gran negociador, ya que EH Bildu pondrá muy caro su apoyo, con reivindicaciones maximalistas en materia de soberanía, además de que exigirá una política económica claramente de izquierdas. Si se analizan pactos del lado socialista, Urkullu no podrá hacer mucha sangre de la herencia de las cuentas que recibe; mientras que PP y UPyD pedirán a cambio una clara moderación de los planteamientos soberanistas.

Aunque EH Bildu se ha colocado como la segunda fuerza política en Euskadi, lo cierto es que el análisis de los datos guipuzcoanos evidencia que la coalición radical empieza a padecer el desgaste de la gestión.

En los comicios Forales y Municipales de la primavera de 2011, Bildu arrasó en Gipuzcoa, siendo la fuerza más votada tanto en el conjunto de la provincia, como en el Ayuntamiento de San Sebastián, con gran distancia sobre su rival más directo, el PNV.

Sin embargo, en estos comicios EH Bildu logra ganar en Gipuzcoa por un escasísimo margen de 1.000 votos, pero en la ciudad de San Sebastián se ve relegada a la tercera fuerza, por detrás de PNV y PSE.

Casi todas las formaciones políticas destacaron que éstas han sido las primeras elecciones vascas que se han desarrollado en absoluta libertad tras el anuncio del cese la organización terrorista ETA.

Primer vez en paz

Pero para el PNV la normalidad ha sido mayor porque también ha sido la primera vez que han podido concurrir en un escenario de paz todas las formaciones políticas, en referencia a la izquierda abertzale de EH Bildu.

Puede decirse que estos comicios vascos han sido los más tranquilos de la historia de la democracia en el País Vasco, ya que apenas se produjeron incidentes.

El más significativo, sin embargo, lo padeció el lehendakari socialista Patxi López, al que un grupo de la izquierda nacionalista radical intentó impedir sus derecho al voto. El lehendakari, acompañado de su esposa, Begoña Gil, acudió sobre las diez de la mañana al colegio electoral bilbaíno en el que le correspondía votar, pero su primer intento fue baldío, al ser interceptado por un grupo de radicales con pancartas en favor de los presos de ETA, que bajo gritos y amenazas le increparon, le impidieron votar y acusaron a sus escoltas de ser unos pistoleros por ir armados al colegio electoral.

El lehendakari, que hubo de salir del aula electoral, logró regresar poco después y votar, momento en el que manifestó que hechos como ese demuestran que en Euskadi "algunos" continúan "con viejos 'tics' totalitarios".

El avance del soberanismo

A pesar de que el futuro lehendakari puso como su primera prioridad hacer frente a la crisis económica, en su primera intervención pública, en la sede del PNV, dedicó el mayor tiempo de su discurso a hablar del modelo de Euskadi que propugna el PNV.

Urkullu manifestó que existe una crisis de modelo político tanto en el Estado español como en Europa y que si no se escuchan las reivindicaciones de la sociedad se puede generar "inestabilidad y falta de confianza".

Para el futuro lehendakari con estas elecciones "empieza un nuevo tiempo" para Euskadi. Así, apostó por lograr "un nuevo estatus político compartido" y por construir "el futuro con el mayor consenso posible". Además, ha considerado necesario "el respeto interinstitucional" desde la pluralidad, y "evitando procesos de recentralización y reformas unilaterales".

Por lo que se refiere a EH Bildu, tras conocerse su triunfo electoral, los seguidores de esta formación no desaprovecharon la ocasión para lanzar voces en favor de la independencia y en favor de la liberación de los presos de la banda terrorista ETA.

La candidata Laura Mintegui hizo un llamamiento a los partidos políticos para construir una nueva Eukadi.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky