
Los que esperaban sacar pronósticos ciertos en la última encuesta del CIS sobre estimación de voto, tendrán que quedarse con las ganas. En sólo cuatro meses desde el último sondeo, el PSOE supera a Podemos como segunda fuerza política y pisa los talones al PP, mientras Ciudadanos acelera y se consolida como cuarta fuerza política. Eso si nos quedamos con la estimación de voto, después de pasar por la cocina del CIS, que modifica a los resultados con diferentes variables. El PP y el Gobierno admiten bajan: "A lo mejor llega el tiempo de pactos".
Con ese cálculo, el PP obtendría el 25,6% de los votos (frente al 27,3% de enero), seguido muy de cerca por los socialistas, que con el 24,3% de los sufragios suben dos puntos y recuperan la segunda posición que habían perdido a favor de Podemos en el anterior sondeo. El partido de Pablo Iglesias sufre un duro castigo y se desinfla hasta el 16,5% desde el 23,9% anterior, con Ciudadanos cada vez más cerca, en el cuarto lugar y con el 13,8% de los apoyos, diez por encima de los resultados de enero. Izquierda Unida también cae hasta llegar al 4,8%, mientras que UPyD prácticamente desaparece del mapa político y su estimación de voto se sitúa en un 1,9%.
Si dejamos a un lado las interpretaciones del Centro de Investigaciones, los resultados del voto directo son aún más esquizofrénicos, con las cuatro formaciones distanciadas por sólo algo más de cinco puntos. Se impone el PSOE, con el 15,4%, seguido de Podemos, con el 13,6%, prácticamente empatado con el PP, con el 13,5%. Ciudadanos es respaldado por el 10% de los encuestados.
La mayoría no ha decidido
Queda un porcentaje nada baladí: el de indecisos, que supone nada menos que el 19,8% de las respuestas y es la opción más respondida. Con estos números la única certeza posible es que no hay certezas. La fragmentación del espectro político trae un voto cambiante e imprevisible, como se desprende de la volatilidad de la intención de voto en apenas cuatro meses. A eso se suma la estrecha distancia entre partidos, que queda prácticamente anulada por el margen de error del sondeo y por el elevado número de indecisos. Es decir, es muy complicado predecir qué partido tendrá más apoyos y el baile de pactos será determinante, tanto los que traigan las autonómicas y municipales, como los que se prevén necesarios para mandar en la Moncloa.
La encuesta del CIS también ofrece una fotografía de las preocupaciones y perspectivas de los españoles. Pese a la euforia oficial y la mejora de los indicadores, el ciudadano de a pie sigue mostrando un pesimismo generalizado. El 70,3% de los encuestados ve la situación económica actual como mala o muy mala, y el 77,4% cree que la economía va peor o igual que hace un año, frente al 21,5% de optimistas. Dentro de un año, el 57,2% estima que será igual o peor.
Desafección política
No hay confianza en la recuperación ni la hay en la clase política. Para un 73,7% de los interrogados la situación política en España es mala o muy mala. No sorprende por tanto que ningún líder apruebe. El suspenso es un poco menos severo para el líder socialista, Pedro Sánchez, con un 3,59%, frente al 2,49% que le dan al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.