Rubalcaba quiere ganar las próximas elecciones. En su pequeña intervención, una vez que Zapatero le brindó todos los parabienes ante el Comité Federal, lo dijo muy claro. Las encuestas, sin embargo, no le son muy favorables. Pero el favorito del aparato socialista no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados.
Dice hoy El País que Rubalcaba ha iniciado un gira para dar moral a sus bases y apunta, Rubalcaba sienta al PSOE en el diván. Pero el gran problema del elegido por Ferraz no reside tanto en su parroquia como en el común de los electores.
La estrategia y las tácticas de Rubalcaba
Este domingo, El Confidencial Digital señala las dos patas de su estrategia: Impedir que el PP gane por mayoría absoluta y propiciar un escenario de pactos con CIU y PNV en el caso de que el PSOE pudiera formar Gobierno, aun no habiendo ganado, una situación insólita en la historia de la democracia española.
Reducir diez puntos de distancia, como en las autonómicas -hoy El Mundo y El País hablan de 13,8 puntos-, no es tarea baladí. ECD esboza el diseño de campaña cocinada por Rubalcaba y los suyos. Una campaña "concentrada en Rajoy, en ataques, deterioro, incluidas las referencias personales".
Un Gobierno de pactos, incluso sin ganar en la urnas
En cuanto a las posibles alianzas, esta semana, y adelantando trabajo -aunque el Gobierno se ha afanado en remarcar el carácter funglible de los presupuestos de 2012-, Rubalcaba se reunía en distintos lugares con Urkullu, Mas y Durán i Lleida. Si así fuera a la postre, destaca ECD, las contrapartidas con ambas formaciones políticas pasarían por más transferencias de competencias tanto a Cataluña como al País Vasco.