
Dentro del propio PSOE, se había hecho circular la especie -lo ha dicho, entre otros, Rodríguez Ibarra- de que Rubalcaba sólo aceptaría la candidatura a la presidencia del Gobierno con ciertas condiciones, y, en concreto, la de acceder a la secretaría general del PSOE con el fin de controlar los programas y, sobre todo, la listas.
Pues no: Rubalcaba irá a primarias ?ha dicho, para preservar las apariencias- con la sola condición retórica de que sus conmilitones tengan la misma confianza en la victoria que él.
Rubalcaba, en fin, se pliega a la disciplina del 'aparato', con Zapatero a la cabeza, que a buen seguro intervendrá en la confección de las candidaturas, y se pone al frente de "un nuevo proyecto" político, que surgirá de la Conferencia Política y que, aprovechando los ajustes ya realizados, se supone que deberá centrarse en la continuación de las reformas para ir reduciendo el paro y en la consolidación del Estado de Bienestar a medida que haya recursos disponibles para ello. Numerosos electores frustrados ?ha venido a decir Rubalcaba- estarían esperando una oferta atractiva del PSOE para poder regresar al redil.
Rubalcaba, en su intervención más breve de lo esperado, no se ha privado de lanzar un crítica sutil pero feroz contra Chacón ?él ha respetado milimétricamente los tiempos en la fase previa al comité federal de hoy- y ha hecho un guiño a Patxi ?López- para dar a entender que su propuesta de proyecto político cierra el espinoso tema del Congreso, que queda descartado.
En este momento, no parece que haya más candidatos que vayan a competir con Rubalcaba, por lo que en quince días estará probablemente cerrada la cuestión artificial de las primarias. Será entonces cuando el primer vicepresidente, que muy probablemente mantendrá el cargo hasta las elecciones pese a las imaginables críticas de los demás partidos, explicitará con más detalle su proyecto y el desarrollo de su candidatura.