
La Asamblea de Nueva Jersey aprobó ayer un controvertido proyecto de suicidio asistido, un primer paso para que puedan tomar esa decisión pacientes con enfermedades terminales y con una probabilidad de vida de seis meses o menos.
El proyecto "Ayuda para morir a enfermos terminales", presentado por los demócratas John Burzichelli y Tim Eustace y que pasa así al Senado de Nueva Jersey, encontró luz verde en la Asamblea, con 41 votos a favor y 31 en contra.
Contó no sólo con el apoyo de la cámara baja del Estado, sino también de residentes de Nueva Jersey que asistieron a la audiencia pública.
"Las encuestas de opinión nos dicen que una abrumadora mayoría en Nueva Jersey lo apoya, un 60 %. Pero también un 60 % dice que aunque ellos no lo harían, entienden que es una decisión individual", dijo a Efe Burzichelli, poco después de finalizada la votación.
La aprobación se produjo menos de dos semanas después de la muerte de la enferma terminal Brittany Maynard, que puso fin así a su vida en el estado de Oregón.
"Los individuos deben tener opciones al final de sus vidas. Es un hecho que quieren ir en esa dirección. Es sólo en la Asamblea, pero es un gran paso", argumentó además el legislador.
El proyecto había sido aprobado en la Comisión de Salud antes de que el caso de Maynard saliera a la luz pública, pero no encontró en ese momento los 41 votos que necesitaba para ser llevado al pleno de la Asamblea.
Hasta poco antes del mediodía, la medida contaba con el respaldo de 40 legisladores, pero tras "largas conversaciones" logró el respaldo suficiente para ser aprobado, en medio de la controversia por el caso de Maynard.
"No fue difícil pero tomó largas conversaciones. Este tipo de temas toman tiempo", afirmó el legislador, que espera que el Senado evalúe la medida a comienzos del 2015.
La medida llegó a la Asamblea con el respaldo de organizaciones que defienden el derecho de una persona a tomar decisiones sobre su vida ante una enfermedad terminal, y que apoyaron a Maynard, diagnosticada con cáncer cerebral hace seis meses y que el pasado 1 de noviembre tomó medicamentos para morir.
El proyecto establece el procedimiento para que las personas mayores de edad soliciten el medicamento que tomarán para morir, que deben pedir primero verbalmente a su médico.
Quince días después deberá hacer el pedido por escrito y firmado por dos testigos.
Como parte de ese proceso, el médico debe ofrecer al paciente la oportunidad de rescindir de su petición y entonces un segundo médico deberá ser llamado para certificar el diagnóstico de enfermedad terminal y que el paciente sea capaz de tomar esa decisión sin la presión de otras personas.
El proyecto define como enfermedad terminal como "incurable, irreversible", confirmada médicamente y que sin dudas acabará con la vida del paciente dentro de un periodo de seis meses.
De acuerdo con Burzichelli, las estadísticas de otros estados donde está vigente esta ley indican que la gran mayoría de los pacientes que solicitaron el medicamento estaban bajo cuidado paliativo al momento de su muerte.
Para el presidente de la Asamblea, Vincent Prieto, de origen cubano, este proyecto de ley se trata de "compasión", del "derecho que tiene cada persona a tomar este tipo de decisión".
Entre el grupo de apoyo al proyecto estuvo Susan, de 66 años, cuyo esposo murió de cáncer de cerebro, al igual que Maynard, y quien aseguró que su esposo se hubiera tomado el medicamento si hubiese sido posible.
"No tengo ninguna enfermedad pero también lo haría. No habría agonía para mí ni para mi familia", aseguró la mujer.
Este proyecto no cuenta con el aval del gobernador Chris Christie, republicano, que se ha manifestado en su contra, según el diario Star Ledger de Nueva Jersey.
La ley que permite la muerte asistida, que tiene el rechazo de grupos religiosos, está vigente ya en cinco estados.
En Nuevo México y Montana los tribunales federales no mostraron impedimentos para que se formulen leyes a fin de regular la muerte asistida, aunque todavía no se ha desarrollado legislaciones para regular esta opción.