Estados Unidos

La matanza de Kandahar dispara la tensión entre Washington y Kabul

Quince civiles han muerto en la población afgana de Panjwai por disparos de soldados de EEUU.

El presidente Barack Obama ha expresado su preocupación por el posible aumento de las tensiones entre Afganistán y Estados Unidos, después de que un soldado estadounidense disparara contra civiles afganos en Kandahar causando la muerte de 15 personas, entre ellas nueve niños y tres mujeres, e hiriendo a otras nueve.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha mantenido este domingo una conversación telefónica con su homólogo afgano, Hamid Karzai, para expresar su "conmoción y tristeza" por la muerte de 15 civiles afganos a manos de al menos un militar estadounidense en la localidad de Panjwai, en la provincia de Kandahar.

"El presidente Obama ha trasladado sus condolencias al pueblo de Afganistán y ha dejado claro el compromiso de su Administración con la aclaración de los hechos lo más rápido posible y que asuma sus responsabilidades cualquier implicado", ha explicado la Casa Blanca en un comunicado.

"El presidente ha reiterado nuestro profundo respeto por el pueblo afgano y ha destacado los vínculos entre nuestros dos países", indica el texto.

Inquietud por una segunda versión

Según otra versión proporcionada por testigos de la zona, un grupo de "soldados estadounidenses borrachos" fueron los responsables de la masacre cometida esta madrugada en la localidad afgana de Panjwai. De los 15 civiles fallecidos, se cuentan nueve niños y tres mujeres, y sus cuerpos posteriormente fueron incinerados para hacer desaparecer las señales del delito, según denuncian los residentes de la localidad.

Testigos del incidente aseguraron que los soldados de EEUU llegaron al pueblo en torno a las 02.00 horas de este domingo, con claros signos de embriaguez, y procedieron a irrumpir en el interior de al menos tres viviendas, donde abrieron fuego contra sus ocupantes. "Estaban todos borrachos y estaban disparando por todas partes", declaró la vecina Agha Lala, que visitó una de las casas donde se produjo el tiroteo. Los cuerpos de los ocupantes estaban "acribillados a balazos".

Un solo soldado detenido

De momento solo se ha detenido a un soldado estadounidense, que se entregó por voluntad propia y está siendo interrogado en la base militar. La versión proporcionada en un principio por fuentes policiales afganas indica que el soldado abandonó la base a las tres de la madrugada del domingo -una hora más tarde de la que afirman los residentes- y procedió a abrir fuego contra los residentes.  

En este sentido, la Embajada estadounidense en Kabul ha advertido a los ciudadanos norteamericanos de que el suceso en Kandahar puede encender protestas motivadas por un "sentimiento antiestadounidense", especialmente en las provincias del este y sur del país. La Embajada ha señalado también que "vigila atentamente" la situación y indica que podrá enviar nuevos mensajes de emergencia si la situación lo requiere.

Karzai pide explicaciones

El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha pedido explicaciones a la OTAN sobre la masacre, que el dirigente ha calificado de "asesinato intencionado". Así, el comandante de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) y de las fuerzas estadounidenses, el general John Allen, se ha puesto en contacto con el presidente afgano.

Allen ha emitido un comunicado en el que ha mostrado su "profundo malestar" y ha transmitido en su nombre y del personal de la ISAF sus "condolencias a las víctimas y ha sus familias". "Me he quedado conmocionado y entristecido al enterarme del tiroteo de hoy en la provincia de Kandahar. Ofrezco mi profundo pesar y condolencias a las víctimas y sus familias. Prometo a todas las personas nobles de Afganistán mi compromiso para una investigación rápida y exhaustiva".

"Mientras, vamos a continuar ofreciendo atención médica a las personas que han resultado heridas en este tiroteo", ha añadido. Además, ha asegurado que el soldado estadounidense detenido por la masacre iba a permanecer custodiado y ha afirmado su "plena cooperación" con las autoridades locales para averiguar lo sucedido.

En el comunicado asegura que quien cometa este tipo de acciones será hecho responsable y ha reivindicado que este incidente "lamentable" no representa de ninguna manera los valores de la ISAF ni de las tropas de la coalición. Tampoco, ha indicado, disminuye el espíritu de cooperación y asociación que trabajan para fomentar con las fuerzas de seguridad afganas.

Once familiares muertos

El residente Haji Samad declaró que once de sus familiares, entre ellos sus hijos y sus nietos, fallecieron en el incidente. Samad, que enseñó fotografías con las paredes de su domicilio manchadas de sangre, declaró que "los americanos echaron químicos sobre sus cuerpos y les incineraron".  

"He visto los cadáveres de once de mis parientes, entre ellos mis hijos y mis nietos", declaró entre lágrimas Samad, que había abandonado el pueblo sólo un día antes.

Este incidente tiene lugar en un momento especialmente tenso de las relaciones entre Estados Unidos y Afganistán tras el hallazgo de varios ejemplares del Corán quemados en la base estadounidense de Bagram, una ofensa gravísima que desató numerosas protestas en todo el país, que se saldaron con 30 fallecidos, entre ellos dos oficiales estadounidenses muertos a tiros por un presunto infiltrado talibán dentro del Ministerio del Interior en la capital, Kabul.

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