Nuevo baño de realidad para el Gobierno griego. El Ejecutivo de Syriza, tras haber dejado al país con un pie fuera del eurosistema, intenta esta semana conciliar posturas, pero marcando a la vez líneas rojas. Sin embargo, la propuesta de Varufakis de ganar tiempo para seguir recibiendo ayudas europeas, bajo condiciones más laxas que las propias del rescate aún vigente, se estrelló ayer contra la oposición alemana. A la espera del Eurogrupo extraordinario de hoy, resulta claro, como estableció Berlín, que los compromisos que supone pertenecer al euro no son opcionales. Asegurar lo contrario, y ganar con ello unas elecciones, no es ningún atenuante. Todo un aviso a los navegantes populistas (de derechas y de izquierdas) que proliferan en la Unión Monetaria.