Antena 3, la primera cadena privada que emitió en España, cumple este año su vigésimoquinto aniversario. Un cuarto de siglo es un tiempo más que suficiente para que una empresa se haga su lugar y se consolide; este caso no ha sido una excepción, ya que Antena 3 cuenta con la mitad de la cuota de mercado en nuestro país. Por tanto, resulta comprensible que Atresmedia, la matriz en la que se encuentra integrado el canal, esté dispuesta a poner en marcha un ambicioso plan de expansión en el que, por afinidad idiomática, constituye su mercado natural: América Latina (sin olvidar el prometedor ámbito de los canales de pago en Estados Unidos, donde ya existe una población de 51 millones de personas hispanohablantes).
El grupo tiene previsto comprar cadenas, tanto televisivas como de radio, o pujar por nuevas licencias, aunque en este último caso con cautelas. No en vano, sus ejecutivos todavía recuerdan malas experiencias, como la acaecida en Colombia hace cuatro años, cuando, tras pujar por una licencia de radio, el concurso público finalmente fue cancelado.
El camino, además, se encuentra parcialmente abierto, en la medida en que Atresmedia ya tiene tres canales internacionales. El terreno de la emisión de televisión por Internet también se halla explorado. Más allá de los beneficios que la expansión supondrá para la cuenta de resultados de Atresmedia, lo cierto es que proyectos de esta índole otorgarán a España el peso del que, sorprendentemente, todavía carece entre los grandes grupos mediáticos de habla hispana. Merece la pena recorrer el camino que, en otros ámbitos,como las infraestructuras, ya ha convertido a nuestro país en un referente a escala mundial.