Editoriales

Síntoma de reactivación del crédito

Una de las asignaturas pendientes de la recuperación de la economía española, la normalización del crédito, dio muestras en 2014 de empezar a encarrilarse. En particular, el volumen total de la financiación bancaria destinada al conjunto de las Administraciones (Estado, autonomías y entidades locales) creció un 20% en noviembre pasado en términos interanuales. Es, por tanto, el público el primer sector de actividad que en España experimenta un avance de envergadura, en términos netos, del stock de crédito que recibe de las entidades financieras.

No conviene, sin embargo, un optimismo excesivo. El mencionado stock en poder de las Administraciones es pequeño: 91.500 millones; de hecho, se encuentra actualmente muy por debajo de sus propias cotas históricas, como los 106.284 millones alcanzados en junio de 2012. Además, su buen comportamiento no impide que el volumen de crédito total, en el que las empresas y los particulares cuentan con un peso mucho mayor, retroceda un 5,8%. Hablar, por tanto, de recuperación real del negocio bancario resulta prematuro.

Es más, la gran empresa cada vez apuesta más por diversificar sus fuentes de recursos y la emisión de bonos en el mercado se encuentra en auge. En cuanto a las pymes y las familias, los nuevos préstamos no son capaces aún de compensar las amortizaciones lo que impide el avance del stock en su conjunto. La buena evolución crediticia del sector público, por tanto, es sólo un síntoma momentáneo pero anticipa la que puede ser la reacción de unas entidades que, después de un prolongado proceso de saneamiento, están dispuestas a restañar su rentabilidad en cuanto la recuperación económica lo haga posible.

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