El gobernador del Banco de España, José María Linde, rebajó ayer el optimismo que despliega Montoro en los Presupuestos para 2015. Durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Congreso, el gobernador advirtió de "la incertidumbre que rodean las estimaciones del impacto de cambios impositivos", cálculos que son el pilar de la previsión del aumento de ingresos para el próximo año.
Por ello, pidió un seguimiento continuo, para que si las previsiones recaudatorias no se cumplen haya posibilidad de subsanar las posibles desviaciones del déficit. Pero hay más. El gobernador, aunque coinicide con el Gobierno en que España está en fase de recuperación, señaló el riesgo, creciente en los últimos meses, de la situación de estancamiento de los países europeos, que podrían truncar la esperanzadora tendencia de España, y con ella, moderar el crecimiento previsto para el año próximo, del 2 por ciento del PIB.
Ya en el interior, se refirió al alto nivel que alcanzará la deuda pública y la necesidad de que los Presupuestos tiendan a reducirla. También insistió en que el endeudamiento privado debe seguir reduciéndose, lo que conduce a una continuación de la contracción del crédito, de la que sólo escaparán las empresas más fuertes y exportadoras.
Dato que, precisamente, no contribuye a una elevación del consumo. Con estas pinceladas, más la advertencia de que no está asegurado el cumplimiento del cuadro macroeconómico del Presupuesto, Linde resta credibilidad a unas cuentas que confían su cumplimiento a que suba la recaudación del IVA más de un 7 por ciento, a pesar del moderado crecimiento del consumo, y la de Sociedades en más de un 20 por ciento.