Los Presupuestos Generales para 2015 confían en los efectos de la reforma fiscal, en la subida del consumo y en la modesta bajada del desempleo para dinamizar la economía, cuyo crecimiento estimado para el próximo ejercicio es de un 2%. Las grandes cuentas para el próximo año, presentadas ayer por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, renuncian, por otro lado, a los ajustes en las administraciones autonómica y local.
Si se tiene en cuenta la disminución del pago por las prestaciones del desempleo, unos 4.400 millones, se observa que lo que se ahorra con esta partida se irá, en buena parte, a una mayor financiación de las autonomías y de los entes locales, unos 3.118 millones de euros de más sobre lo recibido este año.
Por otro lado, el Gobierno calcula que las mejores condiciones de financiación en los mercados nos permitirán destinar 1.100 millones menos para afrontar los intereses de la deuda pública, lo que supone un descenso del 3% respecto a este año, unos 35.490 millones, a pesar de que la deuda pública seguirá subiendo y sobrepasará este año el 100 por cien del PIB.
Esta estimación está hecha sobre el supuesto de que los intereses medios de la deuda a 10 años se rebajen de los 2,8% actuales al 2,6%, mientras las nuevas emisiones se colocan a un tipo del 2,1%, pero con escaso margen para nuevas bajadas, según las previsiones del mercado.
Principales mejoras
Menores prestaciones de desempleo e intereses son las principales mejoras que por el lado de los gastos recogen los Presupuestos, en tanto que recoge la congelación a los sueldos de los funcionarios, el salario mínimo, y aplica una subida mínima del 0,25% a las pensiones. Mientras, los ingresos crecen por una mayor recaudación fiscal.
Según los cálculos del Gobierno, la reforma facilitará que la cifra ascienda en algo más de 9.000 millones de euros. No contribuirá a ello el IRPF, ya que se revirtió parte de la subida, provisional, del ejercicio anterior y se prevé que aporte en 2015 unos 500 millones menos a las arcas de Hacienda. Pero la cantidad recaudada por Sociedades crecerá, según los Presupuestos, un 20%, lo que se traduce en unos 4.000 millones más.
La reforma fiscal bajó el tipo efectivo de las grandes empresas a la vez que eliminaba exenciones y deducciones. La previsión parece encajar con el objetivo de la reforma de este impuesto, que era la de que el tipo efectivo, el que realmente se paga a Hacienda, fuera mayor, a lo que hay que unir el aumento que provoca una mejora económica.
Recaudación por IVA
El otro gran impuesto en contribuir a que cuadren las previsiones del próximo año será el IVA, cuya recaudación crecerá, según los cálculos de Montoro un 7,2%. Esto se traduce en otros 4.000 millones más de ingresos. Este cálculo parece optimista, teniendo en cuenta que se espera que el consumo privado crezca un 2,1% en 2015 y no se esperan subidas en este impuesto indirecto.
Por último, cabe destacar que por primera vez desde el inicio de la crisis aumenta el gasto en infraestructuras, un 8,8%, si bien seguirá por debajo de lo invertido en 2013. Con estas previsiones, y con el objetivo de bajar el déficit hasta el 4,2% del PIB, el Estado necesita recortar 11.000 millones de euros.
Que se consiga dependerá en buena parte de la evolución de los socios europeos y de que siga la estabilidad en los mercados financieros. También, por supuesto, de que las previsiones de ingresos se cumplan, algo que parece improbable. Sin rastro de los ajustes prometidos en las administraciones, parecen unos Presupuestos preelectorales.