El club de los países desarrollados realizó ayer una seria advertencia a la eurozona. Las previsiones de la OCDE rebajan el crecimiento del área para 2014 y 2015 y se considera real el riesgo de deflación. De forma clara, el organismo pide a Mario Draghi que eche mano de la última medida con que cuenta el BCE: la compra masiva de deuda pública de los países de la zona.
Una idea que va calando ante el temor de que Europa caiga en el mismo agujero en el que se sumergió Japón durante años. Incluso se habla de la posibilidad de una tercera recesión. La eurozona está en tiempo de descuento y si sus líderes no reaccionan y actúan de forma conjunta, no es descabellada la idea de que vuelva la inestabilidad. Solo que con más deuda y el mismo paro.
