Ya es oficial: la economía alemana se ha frenado en el segundo trimestre de este año. Es la conclusión del informe del Ministerio de Economía germano, que difundió ayer, dos días antes de que se conozca el dato del PIB. Los conflictos geopolíticos como el de Israel y Palestina, y especialmente la crisis entre Ucrania y Rusia, han sido dos claves para la ralentización del que debe ser motor de Europa. Pero la política de la canciller Angela Merkel no es inmune a lo que pasa en la Eurozona, donde Italia ha vuelto a entrar en recesión y con una Francia estancada y sin visos de mejora. El parón en Alemania pone en evidencia que la economía de la Eurozona es aún muy débil y que necesita acometer reformas estructurales para no poner en peligro la recuperación.